“Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada”, así lo recoge el artículo 47 de la Constitución, y a partir de ahí, existen voces que lo denominan derecho fundamental y otras que consideran que no debe interpretarse así. De lo que nadie duda es de que estamos ante un derecho que nos corresponde a todos.

De este derecho se viene hablando de forma recurrente,  asociándolo en paralelo al grave problema de la vivienda, que ese sí, puede tildarse de universal. Pues bien, en medio de esta situación grave a la que por el momento no se ha dado respuesta, desde Madrid nos anuncian a bombo y platillo, como siempre que hay dinero de por medio, que se pone en marcha una ayuda para que los jóvenes puedan alquilar una vivienda. La iniciativa no sorprende en Euskadi  donde tenemos desde el 2019 algo muy semejante, aunque mejor definido que para eso llevamos ventaja, a través de un programa de ayudas que tiene por nombre Gaztelagun, y que va dirigido a echar un cable económico a jóvenes entre 18 y 35 años para el alquiler de vivienda, con el objetivo fundamental de que puedan independizarse.

 

Más valen 250€ que nada. Si esto alivia el bolsillo de los 70.000 jóvenes a los que parece que alcanzará la ayuda, pues bienvenido sea

 

El programa vasco va por delante respecto al nacional en asuntos claves como por ejemplo, el haber tenido en cuenta que los topes de los alquileres a financiar, no pueden ser igual en las capitales vascas que en otras zonas, por razones económicas  evidentes. 

En el caso de la ayudas que Madrid ha anunciado con efecto retroactivo a partir del 1 de enero, pero que aún no están habilitadas, se dirigen también a jóvenes de entre 18 y 35 años con rentas de trabajo anual no superiores a los 24.138 euros y tienen un tope máximo de 2 años, para viviendas de alquiler que no superen los 600 euros , algo difícil en ciudades como Madrid o Barcelona… Y muchos pensaran, de hecho lo  piensan,  que menos da una piedra, y que bien está que se ayude a los jóvenes a acceder a una vivienda.  Y es cierto,  está bien. Más valen 250€ que nada. Si esto alivia el bolsillo de los 70.000 jóvenes a los que parece que alcanzará la ayuda, pues bienvenido sea.

 

¿Solventa la popular medida el problema de la vivienda  para lograr el objetivo de la emancipación de los jóvenes, o es sólo un parche?

 

Sin embargo la reflexión debe ser mucho más profunda y la pregunta más que evidente ¿solventa la popular medida el problema de la vivienda  para lograr el objetivo de la emancipación de los jóvenes, o es sólo un parche? Mi respuesta es radicalmente no, esta iniciativa como otras parceladas en la misma línea, no resuelven nada, son sólo un parche y un pan para hoy y hambre para mañana que alimenta fundamentalmente a quien se atribuyen el protagonismo de liderar estas propuestas, para fundamentalmente demostrar que están haciendo algo y obtener así rentabilidades políticas.

Las rentabilidades políticas se buscan casi siempre a corto plazo pero el derecho a la vivienda digna y adecuada debe trabajarse a largo plazo, infinitamente más largo que esos dos años de ayuda que acaban de fijarse. Porque dentro de dos años ¿qué? ¿Los 70.000 jóvenes que hayan tenido acceso a  esta subvención y se hayan descontado 250 euros del alquiler, ya estarán en condiciones de acceder a la vivienda sin ayuda?  Algunos lo conseguirán pero seguramente, la mayoría no, y tendrán que volver a empezar, con el desasosiego que eso genera.

 

Podemos seguir parcheado a base de subvención y en busca de titular fácil que genera algún puñado de votos, pero no resolveremos el problema

 

En el caso de los jóvenes, las distintas administraciones, además de construir una política de vivienda de verdad, en la que se responda, de verdad, a un derecho constitucional, es fundamental que  apuesten por el empleo digno. No hay ahora mismo una fórmula mejor para resolver el problema de la vivienda y de paso, otros muchos, que favorecer el empleo de calidad.

Podemos seguir parcheado a base de subvención y en busca de titular fácil que genera algún puñado de votos, pero no resolveremos el problema y seguiremos sin responder a un derecho que nos corresponde a todos.