No hay manera. Mira que les han dicho “sienes y sienes de veces” que con las cosas de comer no se juega. Les da lo mismo. Y no es la primera vez.
Entiendo, aunque no comparto, el no de Bildu, de ELA y de LAB a la reforma laboral. Al fin y al cabo, la mejora de las condiciones de vida de la, antes llamada, clase trabajadora española les importa poco. Como les importa poco que los empresarios y los principales sindicatos de clase (CCOO y UGT) avalaran el decreto ley. Ellos viven en su mundo alternativo donde lo importante es demostrar cada día la prevalencia del marco laboral vasco sobre el resto de España.
Prefieren alardear permanentemente de que son independientes (e independentistas), con actos que muchas veces tienen más de autosatisfacción, que reconocer que, casi siempre, es más interesante y placentero establecer y consumar una relación. Aquí hay algo de la etología de los gorilas de lomo plateado. Creo.
Lo del PNV es más extraño. A pesar de los paños calientes de la vicepresidenta Díaz y del ministro Bolaños, más preocupados en minimizar futuros daños que en decir lo que pensaban de verdad, Aitor Esteban y los suyos han estado a punto de liarla parda. Y tienen todo el derecho del mundo, que para eso son independientes, pero no se entiende.
Si nos ceñimos a los hechos, el voto negativo al decreto ley ha agrietado, algo, el “label” de partido serio que se otorga a este partido, ha puesto en riesgo la continuidad del Gobierno de España, sin alternativa favorable a la vista
¿El “no” jeltzale favorecía las relaciones laborales españolas (y vascas)? No ¿Mejoraba las condiciones laborales de las trabajadoras y los trabajadores de España y de Euskadi? No ¿Qué ha conseguido entonces el PNV con su voto negativo?
Si nos ceñimos a los hechos, el voto negativo al decreto ley ha agrietado, algo, el “label” de partido serio que se otorga a este partido, ha puesto en riesgo la continuidad del Gobierno de España, sin alternativa favorable a la vista. Han enfadado, y mucho, a las organizaciones empresariales vascas y españolas, y han bloqueado, temporalmente, la mesa del diálogo social de Euskadi, con la desafortunada mención de Aitor Esteban en el Congreso a la exclusión de ELA y LAB de la negociación de la reforma laboral.
Lo del PNV es más extraño. A pesar de los paños calientes de la vicepresidenta Díaz y del ministro Bolaños, más preocupados en minimizar futuros daños que en decir lo que pensaban de verdad, Aitor Esteban y los suyos han estado a punto de liarla parda
Se le olvidó, en el fragor dialéctico que, en Euskadi, los sindicatos nacionalistas se autoexcluyen de la mesa del diálogo social. Y que esta se sostiene gracias a Confebask, a UGT y a CCOO que le arreglan el día al Gobierno vasco. Fuego amigo, amigo Aitor.
Tal vez por eso la cara del diputado Esteban, en ese breve lapso de tiempo en el que se pensó que el decreto ley había decaído, mostró el mismo desconcierto, estupor y miedo a lo desconocido, que la de Nadia Calviño o Yolanda Díaz. Lo repito, con las cosas de comer no se juega.
Hay que destacar, no obstante, la resiliencia e impermeabilidad del PNV a las meteduras de pata. Si otro partido hubiera propiciado con su decisión las situaciones descritas más arriba hubiera sido zarandeado sin compasión. A ellos sin embargo no les pasa. Es un mérito.
Tal vez por eso la cara del diputado Esteban, en ese breve lapso de tiempo en el que se pensó que el decreto ley había decaído, mostró el mismo desconcierto, estupor y miedo a lo desconocido, que la de Nadia Calviño o Yolanda Díaz
La explicación es complicada, pero tiene mucho que ver con el vasto conocimiento de su propio ecosistema. Y con los recursos que maneja.
Se preguntaba este fin de semana Pablo Iglesias en Castilla y León sobre la legitimidad de unas elecciones en un territorio donde los medios de comunicación están en manos de empresarios condenados por corrupción y, al mismo tiempo, hiper subvencionados por el gobierno saliente, que ya lleva 35 años gobernando.
Por su lado, a Miguel Angel Rodríguez, estratega y director de comunicación de Isabel Díaz Ayuso, se le atribuye el axioma que dice que hoy en día no hace falta poseer medios de comunicación para garantizarse su apoyo. Basta con ser su mejor cliente.
En Euskadi, el PNV posee algunos medios, públicos y privados, y además es el mejor cliente del resto. Si fuera cierto algo de lo que dicen Iglesias y Rodríguez, estaríamos en el camino de entender el estatus actual del partido jeltzale en el imaginario colectivo. Sin embargo, comportamientos como los de la semana pasada producen grietas.