Hay un dato que ha pasado desapercibido en la sentencia del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco que fija la indemnización que el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Bizkaia debe abonar a su exgerente por su despido improcedente. Se trata del salario del que fue expulsado del Labi, el comité del Gobierno vasco que decidía las medidas a tomar durante la pandemia, por desplazarse entre dos municipios confinados para jugar al golf.
El jurista Ibon Etxeberria tenía en 2018 un sueldo fijo de 126.598,92 euros. Además, cobraba un variable que ese año se acercó a los 20.000 euros, con lo que su remuneración total se aproximó a los 150.000 euros. Eso sin contar los gastos de representación, que no tenían límite y tampoco se controlaban.
¿Es mucho? Sirva como referencia que el lehendakari cobró ese año 99.470 euros. El propio beneficiario se encargó de contratar a una agencia de cazatalentos, Hay Group, hoy en día integrada en Korn Ferry, para que indicara cuál era el sueldo adecuado para sus responsabilidades
El jurista Ibon Etxeberria tenía en 2018 un sueldo fijo de 126.598,92 euros ¿Es mucho? Sirva como referencia que el lehendakari cobró ese año 99.470 euros
Por otra parte, los sueldos del Colegio de Farmacéuticos de Bizkaia son generosos pero no de tal manera. Esta organización tiene 17 trabajadores que cobraron en 2020 una media de 41.000 euros anuales. Por tanto, más de tres veces menos que su gerente.
¿Era Etxeberria tan bueno como para merecerse una remuneración tan importante? Quizás vayan por ahí los tiros. Licenciado en derecho por Deusto, Etxeberria había trabajado previamente en el despacho de abogados que montó su hermano y cuatro años más como técnico de Eudel, una entidad pública conformada por todos los municipios de la Comunidad Autónoma Vasca. De ahí, sin experiencia alguna en gerencia, dio el salto a la dirección del Colegio de Farmacéuticos de Bizkaia.
Su curriculum no era, por tanto, precisamente brillante. Pero lo que sí pareció atraer a la entidad que le contrató es su capacidad relacional, en la que el golf suele jugar un papel relevante. De hecho, farmacéuticos contactados aseguran que Etxeberria aprendió a jugar en su primer año de servicios para el Colegio hasta el punto de alzarse ganador en un torneo interno.
Su curriculum no era, por tanto, precisamente brillante. Pero lo que sí pareció atraer a la entidad que le contrató es su capacidad relacional, en la que el golf suele jugar un papel relevante
Quizás pasó más tiempo sobre el verde de los campos de La Bilbaína que sobre la alfombra de la oficina. En el fondo, daba igual. Lo que buscaba el Colegio no era al más currante sino al que consiguiera mantener las mejores relaciones con las autoridades competentes y especialmente con el Gobierno vasco.
Y es que a los farmacéuticos les interesa llevarse bien con Lakua por múltiples razones. Desde las regulatorias hasta las que tienen que ver con la gestión de las recetas, donde el Departamento de Salud juega un papel esencial. En el fondo, cada uno de los colegios de farmacéuticos es un apéndice de la Administración autonómica.
Quizás pasó más tiempo sobre el verde de los campos de La Bilbaína que sobre la alfombra de la oficina
En este sentido, Etxeberria lo ha hecho razonablemente bien. Durante su mandato se ha puesto en marcha la receta electrónica, un salto cualitativo en la gestión de los medicamentos prescritos por los médicos vascos.
Y el Colegio de Farmacéuticos de Bizkaia se ha beneficiado económicamente de esta gestión. A finales de 2020 acumulaba un fondo social de 2,8 millones de euros que provienen de los resultados positivos generados cada año y que están invertidos en activos gestionados por Consulnor-Banca March y Sabadell.
¿De dónde provienen esos ingresos? Curiosamente, las cuotas de los casi 2.000 farmacéuticos que hay en Bizkaia apenas suponen un tercio de la facturación. El grueso de los ingresos proviene de los servicios que presta el Colegio a las más de 400 farmacias, a las que cobra periódicamente por el mantenimiento y digitalización de la receta electrónica, por formación y por seguros obligatorios.
Evidentemente, la buena gestión de Etxeberria ha tenido mucho que ver con sus excelentes contactos políticos. Por una parte, los directos, que explican por qué Jon Darpón, el entonces consejero de Salud, le llamó en 2018 para que hiciera las veces de gerente de su Departamento con rango de director general.
Evidentemente, la buena gestión de Etxeberria ha tenido mucho que ver con sus excelentes contactos políticos
Y por otra, los indirectos. Su hermano Ignacio, con el que trabajó cuatro años en su despacho, es secretario de la fundación del PNV, Sabino Arana, y tiene excelentes relaciones con toda la cúpula jeltzale, tanto la institucional como la que hace los trabajos de fontanería.
Facilidades tuvo y quizás su único fallo fue relajarse demasiado en el campo de golf. Es lógico por tanto que, una vez que perdió esa capacidad relacional con la administración por su 'golfería' pandémica, el Colegio le despidiera. De hecho, el organismo de los farmacéuticos admite en la carta de cese que su presencia "puede afectar a sus relaciones con la Administración". Y dinero no le va a faltar para pagar la indemnización.