Apenas me interesa el fútbol, aunque le presto un poco de atención cuando afloran el aspecto económico o la guerra de poderes. Hay que recordar que el Athletic Club y la Real Sociedad están entre los pocos clubes de La Liga cuyo capital está repartido entre miles de socios que periódicamente deben elegir una junta directiva con su correspondiente presidente.



Y las que se celebrarán este año en Bilbao han empezado a generar expectación. Dos de los candidatos representan a sendos poderes fácticos de Bizkaia, El Correo y el PNV. Para completar el triunvirato solo falta que se presente alguien en nombre de la Virgen de Begoña.



Iñaki Arechabaleta, actual adjunto al consejero delegado de Vocento y ex CEO de El Correo, tendrá un apoyo mediático indiscutible. Rikardo Barkala, el actual presidente del Puerto de Bilbao que lo ha sido casi todo en su partido, podrá contar con el voto jeltzale.

 

Dos de los candidatos representan a sendos poderes fácticos de Bizkaia, El Correo y el PNV





Así que el tercero en discordia, que todo parece indicar que va a ser el empresario Jon Uriarte Urange, lo tiene casi todo cuesta arriba. Quizás por ello todavía no ha confirmado al 100% su candidatura, que hay que decir que ha sorprendido a propios y extraños.



Su única opción es la de la juventud, con todo lo que conlleva de renovación, apuesta de futuro, innovación y modernización. Hay que tener en cuenta que él apenas supera los 40 años y sus rivales están prácticamente jubilados. Por no hablar de lo que supone una trayectoria ligada a las startups tecnológicas, tanto como emprendedor como inversor, frente a otra de empresas de toda la vida e instituciones públicas.



Quizás por ello, sus rivales están nerviosos. Uriarte ha recibido estos días varias llamadas. La más delicada, la de un periodista de Vocento que le dijo directamente que él en su lugar no se presentaría "contra El Correo". El "recado" es para pensárselo seriamente, porque el diario vizcaíno acapara más del 70% de los lectores de prensa en papel del territorio.

 

Uriarte ha recibido estos días varias llamadas. La más delicada, la de un periodista de Vocento que le dijo directamente que él en su lugar no se presentaría "contra El Correo"





Por mucho que la campaña de Uriarte se vaya a basar más en Internet que en los medios tradicionales, tener en contra al periódico que leen la mayoría de los socios del Athletic Club en el bar entraña un peligro. ¿Estará dispuesto a que su vida personal aflore día sí día no? ¿Merece la pena exponerse al riesgo de que toda Bizkaia conozca las travesuras que uno ha hecho de joven para ser presidente del club de sus amores?



En lo que al apartado político se refiere, el río baja algo menos revuelto. La vinculación nacionalista de su padre, el ex consejero de Hacienda Pedro Luis Uriarte, debería amortiguar las cosas con el PNV. De hecho, todavía hay quien apuesta a una "fusión" entre Barkala y Uriarte para hacer una candidatura única que aúne lo tradicional con lo más moderno.

 

Por mucho que la campaña de Uriarte se vaya a basar más en Internet que en los medios tradicionales, tener en contra al periódico que leen la mayoría de los socios del Athletic Club en el bar entraña un peligro





Unir programas no es difícil, porque en unas elecciones del Athletic Club todo suele girar en torno a Lezama, el entrenador y, últimamente, algo de innovación y del equipo femenino. El reto es encontrar un candidato único, lo que supone que el otro quede apartado a un puesto secundario.



Si Uriarte ha tenido el arrojo de aspirar a convertirse en una especie de Florentino Pérez a la vasca, parece difícil creer que ahora vaya a quedar satisfecho con imponer solo el programa. La ambición de poder que lleva a un empresario a saltar al ruedo de unas elecciones no se puede colmar con una vicepresidencia y el acceso a la tribuna presidencial y a las comidas con los influencers del fútbol.

 

Si Uriarte ha tenido el arrojo de aspirar a convertirse en una especie de Florentino Pérez a la vasca, parece difícil creer que ahora vaya a quedar satisfecho con imponer solo el programa





Por otra parte, Andoni Ortuzar, que es socio del Athletic Club, se fía al 100% de Barkala, pero no va a confiar de la misma manera en un tipo que no siempre ha obrado en beneficio del país. Basta recordar el episodio de Jabyer Fernández, que también quiso mandar en Ibaigane (y más allá) y terminó en la cárcel por decisión del partido.