Las personas serias de verdad están empezando a sospechar que no puede haber una regeneración democrática en España mientras el Partido Popular exista. Es incompatible.
Los audios que comenzó ayer a publicar El País, son solo un nuevo capítulo de la vida de un partido que hace decenios perdió cualquier atisbo de sentido de estado y lo sustituyó por el cinismo y la corrupción. De la mano, eso sí, de importantes grupos de opinión, de parte de la judicatura y con lo más rancio del país.
Realmente, lo único que sorprende de la primera entrega con las conversaciones entre Cospedal y Villarejo es que la primera no haya sido encausada, imputada y arrastrada por la plaza pública. Cosas de jueces. Que ya huelen.
Siempre se libran. En su mayoría. Da igual que sea. Lo que no da igual es la sensación de impunidad que dejan atrás, y que desanima a los futuros denunciantes al tiempo que encorajina a la siguiente generación depredadora. ¡No empujen que me toca a mi!
Ahora ha llegado Feijóo. Y nos dice que les compremos. Que todo esto de lo que hablo es el pasado. Que ahora toca socialismo free, cerveza fría y pocos impuestos
La corrupción sistémica ha estado en el PP en todas y cada una de sus etapas. En España y en las autonomías que gobiernan. Sanchís, Bárcenas. Gurtel, Zaplana, Villarejo, policía patriótica, Comunidad de Madrid, Murcia, Valencia, Cospedal, comisionistas de las mascarillas…
Y todos los casos los han afrontado con una mezcla de desprecio y chulería de señorito, conscientes de que el tiempo y las ayudas arbitrales (jueces y mal llamados periodistas) pulirían las aristas hasta dejarlas mas suaves que el culo de un bebé. Y les ha funcionado, oiga.
Creo que es momento de llamar a los antidisturbios y que entren en Génova al célebre grito de '¡Disuélvanse! ¡No me hagan grupos!'
Ahora ha llegado Feijóo. Y nos dice que les compremos. Que todo esto de lo que hablo es el pasado. Que ahora toca socialismo free, cerveza fría y pocos impuestos. Que el peligro está en el gobierno socialcomunista y en sus aliados indepes que quieren romper España. Y en las feminazis. En los maricones. En los extranjeros violadores…. Mientras tanto seis millones a la saca., extranjeros sin papeles para el campo y el servicio. Y sus niñas, sin problema, siempre podrán ir a abortar a Londres. Como antes.
Creo que es momento de llamar a los antidisturbios y que entren en Génova al célebre grito de '¡Disuélvanse! ¡No me hagan grupos!'