La semana pasada, Madrid acogía la cumbre de la OTAN de cuyas conclusiones se desprende el nuevo dibujo del mundo. Un mundo que da la sensación de volver a un escenario que pensábamos superado, la Guerra fría. Tensión y militarización creciente a nivel universal, flanco este, flanco sur y área del pacífico. La nueva ruta que perfila el Concepto Estratégico para los próximos diez años nos dice que Rusia es la principal amenaza y que de China no nos fiamos. Por primera vez, la Alianza ha tendido la mano a países como Japón, Australia, Nueva Zelanda o Corea del Sur con el fin de ampliar su radio de acción en esa parte del planeta y se confirma la incorporación flash de Suecia y Finlandia que abandonan su neutralidad, así como la inclusión de la región del Sahel como foco de inseguridad. La invasión de Rusia en Ucrania lo ha cambiado todo, la amenaza es real, nace en Europa y se extiende por todo el globo. Putin no ha dejado ningún aliciente para caminar en otro sentido al iniciar la guerra y ha revivido a la Alianza Atlántica.

Este nuevo orden mundial supone el despliegue de más tropas por el viejo continente, Polonia, Rumanía, países bálticos y en virtud de la reunión Joe Biden y Pedro Sánchez, dos destructores más con base en Rota (Cádiz). Esto ha desembocado en otro compromiso; a mayor despliegue en defensa, mayor incremento en gasto militar. En el caso concreto de España, duplicar su inversión hasta llegar en 2029 al 2% de su PIB, unos 22.000 millones de euros.

Una sacudida de primera magnitud para el Gobierno de coalición que vuelve a chocar en esta ocasión por el gasto en defensa. El Consejo de Ministros ha aprobado un crédito de 1.000 millones para elevar el presupuesto militar pese a la oposición de Podemos que se pregunta de dónde va a salir, de dónde se va a recortar o que los fines sociales serían una saca mas adecuada. El desaire por las formas y por el fondo ha hecho que los morados hayan solicitado una reunión urgente de la comisión de seguimiento del pacto de coalición, pero no hay temor a una ruptura. La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ha sido específica: "No hay alternativa a este Gobierno”. Así mismo, es conocedora que el acuerdo contempla que las cuestiones de defensa y exteriores son competencia exclusiva de la parte socialista.

 

El desaire por las formas y por el fondo ha hecho que los morados hayan solicitado una reunión urgente de la comisión de seguimiento del pacto de coalición, pero no hay temor a una ruptura

 

La realidad impone un análisis político mucho mas incómodo que el escenario previo a la invasión. Los lemas, las pancartas, los anhelos, la paz , OTAN SÍ, OTAN NO se dan de bruces con los misiles, las sanciones, las masacres bélicas... y como un boomerang nos golpea la inflación o el aumento desorbitado del precio de la energía. Se ciernen sobre la economía mundial y doméstica tambores de guerra.

¿Cómo resolver nuestras contradicciones? ¿cómo digerir que el mundo ha girado y vuelve a parámetros similares a los de hace más de 60 años? 

Nadie es militarista, no la inmensa mayoría. No creo que vivamos en una sociedad probélica y considero que las personas racionales prefieren el diálogo al combate, la cooperación al enfrentamiento o la paz a la guerra. De hecho, en consonancia con lo que se consideran sociedades modernas en las democracias occidentales, eufemísticamente, denominan a sus ministerios, departamentos o secretarías no de la guerra, sino de defensa. La cuestión es cómo se ejerce cuando los tanques ya están sobre el campo de batalla.

 

Nadie es militarista, no la inmensa mayoría. No creo que vivamos en una sociedad probélica y considero que las personas racionales prefieren el diálogo al combate, la cooperación al enfrentamiento o la paz a la guerra

 

Odio las armas, los ejércitos, las bases, los uniformas... ansío un mundo con banda sonora Imagine, viviendo en paz y por la paz, pero no sé responder a qué hay que hacer cuando la amenaza se situá sobre nuestra cabeza. Es real y la tenemos en Europa, mis vecinas ucranianas son la evidencia de lo que está pasando. El principio de realidad debe operar pues, en la acción política de manera ejecutiva. Los gobiernos que lideran el ahora y el escenario a futuro, han de pasar del despacho y la oratoria a la política transformadora, crítica sí, pero también útil y desde luego bien explicada a la ciudadanía. Si nuestro impuestos van a ser destinados en cantidades ingentes a ejércitos y armas, argumenten esa necesidad mirando cara a cara a la sociedad.

 

Por muchos siglos que hayan transcurrido, las guerras poco han cambiado. Serán más sofisticadas, con armas mas precisas e incluso denominadas híbridas, pero en el campo de batalla yacen los mismos cadáveres y en los despachos se trazan idénticas estratégicas

 

Desde la antigüedad, donde las guerras eran comunes por causa de las constantes invasiones de territorios, las estrategias militares eran parte de la culturas de esos imperios y la literatura bélica de batallas y estrategias ha sido recogida por múltiples autores. Flavio V. Renato,  en la época del Imperio romano, planteó la importancia de una buena defensa para evitar la guerra: “Así pues, el que desee la paz, que se prepare para la guerra. Quien quiera conseguir la victoria, que entrene a sus soldados con diligencia. Quien aspire al éxito que luche con estrategia, y no lo deje al azar. Nadie se atreve a provocar u ofender a quien ve como superior en el combate.”(De re militari)

Por muchos siglos que hayan transcurrido, las guerras poco han cambiado. Serán más sofisticadas, con armas mas precisas e incluso denominadas híbridas, pero en el campo de batalla yacen los mismos cadáveres y en los despachos se trazan idénticas estratégicas para ampliar los territorios a dominar. Ningún imperio me ha convencido de que su expansión merezca una vida, pero si para conseguir la paz hay que estar preparados para la guerra, nuestra postura tiene que ser crítica, sometida a la vigilancia de una sociedad fiscalizadora de los intereses espurios y las decisiones de los grandes salones.