El Instituto de las Mujeres ha publicado un informe sobre la sexualidad de las mujeres jóvenes en España que deja unas inquietantes conclusiones. Casi el 60% de las chicas aseguran haber mantenido relaciones sexuales sin ganas, sólo por complacer a su pareja o por miedo a las represalias si no acceden.
Llevamos muchos años de No es No, convertido ahora en Sólo Sí es Sí con el ánimo de trasladar la necesidad del consentimiento explícito para tener sexo con otra persona. Al parecer, en todos estos años no hemos conseguido que el mensaje cale entre las mujeres de 18 a 35 años que revelan ese sexo casi obligatorio que mantienen en ocasiones.
Chicas, tenemos un problema. No logramos deshacernos de esa idea absurda que nos convierte en personas con obligación de complacer. Seguimos pensando que hemos nacido para servir al otro en todos los terrenos y cuando no lo hacemos nos asalta un sentimiento de culpa atroz. Incluso, a veces, a las empoderadas.
Si a ella le gusta el sexo más de lo "normal", o simplemente si le gusta, es una ninfómana. Si es a él a quien le entusiasma el sexo es "lo normal", un macho de los de siempre, de los ibéricos, de los de pelo en pecho
Entró en vigor esa ley que tanto ha costado levantar, la del sólo sí es sí, casi el mismo día en el que una enorme manada se asomó a la ventana para gritar a sus compañeras aquello de "putas ninfómanas vais a follar todas". Ya el uso de la palabra ninfómanas es muy revelador. Es un término muy alejado de la ciencia y muy cercano al insulto y a la mutilación del deseo femenino.
Si a ella le gusta el sexo más de lo "normal", o simplemente si le gusta, es una ninfómana. Si es a él a quien le entusiasma el sexo es "lo normal", un macho de los de siempre, de los ibéricos, de los de pelo en pecho. No como esos blandengues de hoy en día (entiéndase la ironía) que se dicen feministas, tienen en cuenta los deseos y necesidades de las mujeres y se acogen a eso de la nueva masculinidad.
Los jóvenes del Colegio Mayor Elías Ahuje no ven problema alguno en convertir sus habitaciones en cavernas en las que tener sexo con las putas de las Mónicas ni en gritarlo a los cuatro vientos. Y ellas no ven problema alguno en asumir esos alaridos en los que se les conmina a follar como si de muñecas hinchables se tratase. Al fin y al cabo es una tradición y en ese mundo de hombres y mujeres que viven en edificios separados ya se sabe que manda lo tradicional.
Por supuesto que la acción no es nueva y viene repitiéndose año tras años al inicio del curso. Si ahora ha salido a escena es porque nos lo han mostrado en las redes sociales, que para eso están.
Insisto, chicas tenemos un problema. La educación en respeto e igualdad no cala ni en ellos y, al parecer, tampoco en ellas. Claro que quienes se encargan en primera instancia de transmitir esa educación, las familias, tampoco parecen haberla interiorizado porque disculpan a los chicos de sus ofensas en base a esa tradición que seguramente los padres también han seguido.
Veremos si les defienden tanto cuando esos chavales pasen de las palabras a los hechos y, cual manada, salgan de cacería.