Pese a haber sido alcalde durante dos legislaturas, Gorka Urtaran no optará a la reelección en Vitoria. Su partido, el PNV, ha decidido sacrificarlo. Es el único de los tres alcaldes jeltzales de las capitales vascas que no repetirá en la candidatura. Por sorprendente que suene esta decisión de los peneuvistas, lo cierto es que esto se esperaba en todos los mentideros y círculos de poder de la capital de Euskadi. Es la crónica de un adiós anunciado.
La pregunta, claro está, es por qué el partido decide apostar por Beatriz Artolazabal y no por él. Y la respuesta se llama errores de gestión. Errores de bulto, podría decirse, como las interminables obras del tranvía, la implementación del célebre Bus Eléctrico Inteligente (BEI) o las idas y venidas en referencia al acuerdo para la entrada soterrada del tren de alta velocidad a la ciudad. Las cosas no se han hecho bien. Y por ello Urtaran ha perdido el puesto. Así de simple, así de complicado.