Todavía no ha hecho nada que permita juzgarle como presidente de Kutxabank, pero a nadie se le escapa que Anton Arriola llega con deberes al banco vasco. No es baladí que su primera referencia sea al "arraigo", porque sabe que el equilibrio entre las desinversiones para que el BCE siga considerando a la entidad uno de los bancos más solventes y el papel de arraigo de empresas claves en Euskadi que representa Kutxabank es el gran reto que tiene por delante. Pero ahí están otros retos como la expansión, el cierre del fondo de reserva de BBK o el equilibrio territorial como desafíos a los que hacer frente. Tiene mucho trabajo por delante el nuevo presidente de Kutxabank