Esta semana se conocía que Sevilla acogerá la sede española de la Agencia Espacial Europea y que La Coruña tendrá la de la Agencia Española de Inteligencia Artificial. Para la primera se supone que el Gobierno Vasco lo intentó con Zamudio y para la segunda ni siquiera hubo el más mínimo interés.

Aunque varios ejecutivos autonómicos, incluido el que tiene su sede en Vitoria-Gasteiz, han acusado al Ejecutivo central de un supuesto favoritismo a favor de Sevilla, lo cierto es que las razones por las que la ciudad agraciada no está en Euskadi están publicadas en el BOE. Y más o menos vienen a decir que las instituciones vascas no se han currado bien la candidatura.

Por ejemplo, cuando dice que no ha presentado "un apoyo específico al traslado de personal" y que tampoco detalla cuánto dinero va a poner "para el sostenimiento y total adecuación de la sede a las necesidades de la Agencia". Por el contrario, Sevilla y Elche, las mejor posicionadas, ofrecieron varios millones de euros.

La ciudad andaluza se trabajó tanto su candidatura que llegó a negociar con una aerolínea la puesta en marcha de una conexión con Toulouse, que es donde está la sede de la Agencia Espacial Europea. La propuesta vasca menciona genéricamente los vuelos que salen de Loiu y que evidentemente no incluyen a la ciudad occitana como destino directo.

Y tampoco es fácil llegar allí por otro medio, dado que al tren de alta velocidad no se le espera en Euskadi en muchos años. Ya he explicado anteriormente que el culpable directo es el Gobierno de España pero que en ese bazar de proyectos y competencias a cambio de votos en que se ha convertido Madrid el PNV nunca ha puesto al ferrocarril entre sus prioridades.

La de la inteligencia artificial no parecía interesar porque ya tenemos un ente propio de esos que llevan nombrecitos en inglés: Basque Artificial Intelligence Center

Algo parecido ha debido ocurrir con las agencias que el Ejecutivo central pretende crear para descentralizar la administración. La de la inteligencia artificial no parecía interesar porque ya tenemos un ente propio de esos que llevan nombrecitos en inglés: Basque Artificial Intelligence Center. De hecho, un usuario de Irekia sugirió que Euskadi aplicara a la estatal y como respuesta el Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente se limitó a agradecerle "su propuesta".

Para la Agencia Espacial sí hubo candidatura vasca, pero ha quedado claro que no iba muy en serio o que su única intención era poder denunciar después un "Madrid no nos quiere". No es la única comunidad autónoma que tenía este curioso objetivo, ya que no puede entenderse de otra manera que Tres Cantos se postulara para descentralizar Madrid o que ciudades como Estella o Palencia también figuraran entre las propuestas.

Sea como fuere, Euskadi va poco a poco aislándose del mundo, al menos en el terreno económico. En el rastro político del apoyo a los presupuestos de Sánchez, el PNV prefirió tener una selección internacional de pelota o de surf que una sede de la Agencia Espacial Europea. Evidentemente está en su derecho, pero los que preferimos lucir prosperidad más que himnos olímpicos no estamos precisamente de enhorabuena.

Y una vez más hay que recordar que no siempre ha sido así. Hubo un tiempo, hace ya más de 30 años, en que Euskadi se peleó con otras ciudades del mundo para atraer al European Software Institute o al Museo Guggenheim. El primero permitió crear y consolidar un equipo de técnicos especializados en proyectos europeos que hoy está integrado en Tecnalia y del segundo ya se ha hablado lo suficiente. Vivimos, en parte, de esas rentas.