En tiempos de pérdida de arraigo, pérdida de competitividad y pérdida de centro de decisiones, quedan pequeños rayos de luz en la empresa vasca. Uno de ellos es Nuuk, que esta semana ha apuntalado su cambio de escala en una movilidad eléctrica que puede ser una de las garantías de un futuro más halagüeño para la economía de Euskadi.
Después de cerrar un macropedido de Burger King y entrar en la veta del delivery -que puede ser una verdadera mina de oportunidades-, la firma ha dado otro paso más antes de cerrar el año y se ha hecho con 7.000 metros cuadrados en Galdakao que le van a permitir empezar a producir a otra escala, tener un concesionario, y hasta disponer de espacios para probar mejoras de I+D. Todo un ejemplo de emprendimiento