Queridos Reyes Magos:
Podría empezar esta carta contando que este año he sido muy buena, que me he ganado todos y cada uno de los regalos que quiero que me traigan y hacer un esfuerzo para que el escrito fuese lo más amable y perfecto posible, pero ya no es necesario. Ya no tengo que pensar. Solo tengo que conectarme al chat de OpenAI, decirle que me escriba un texto y ¡voilá! En menos que canta un gallo tengo las palabras perfectamente ordenadas y listas para ser enviadas a los magos de Oriente. Cuando le he pedido que escriba mí carta, el resultado ha sido este:
Queridos Reyes Magos:
Mi nombre es (nombre) y soy una niña muy buena. Este año me he portado muy bien y me gustaría pedirles unos regalos para Navidad.
Lo primero que me gustaría pedirles es (primer regalo). Creo que sería muy divertido y lo disfrutaría mucho. Además, me gustaría mucho recibir también (segundo regalo). Me vendría muy bien para (razón).
Espero que puedan concederme mis deseos. Gracias por todo y Feliz Navidad.
Atentamente
(Nombre)
Esto con algo tan inocente como una sencilla carta a los Reyes Magos, pero si lo que le propones es que te prepare un texto sobre la crisis climática, la invasión de Ucrania o la caída de los fondos de inversión, te lo prepara igualmente. O que te escriba un guión o que investigue sobre esta o aquella enfermedad.
Aparentemente este sistema de inteligencia artificial ha sido creado para ayudarnos no solo a generar textos sino ideas y sistemas de todo tipo. Peter Diamandis, uno de los visionarios más clarividentes de las últimas décadas, nos avisa de que el impacto de la inteligencia artificial será el mayor cambio que viviremos en nuestras vidas. Servirá para investigar, colaborar, documentarnos en nuestro trabajo como periodista, etc. Hay miles de millones de dólares invertidos en varios proyectos de IA con el objetivo de cambiar el mundo.
Si ya es difícil que hoy escuchemos, leamos o bebamos de distintas fuentes para crearnos una opinión sobre algo, que haya un sistema que piense y escriba por nosotros lo va a complicar aún más
El personal docente ya ha mostrado sus reticencias ante un sistema que les va a impedir saber si los textos que presente el alumnado son de su cosecha o de la de OpenAI. Va a ser muy difícil saberlo porque cada escrito es único, no se repiten dos textos iguales. A mí lo que me preocupa no es que se copien unos a otros sino la merma que esto supone para el desarrollo del necesario pensamiento crítico. Si ya es difícil que hoy escuchemos, leamos o bebamos de distintas fuentes para crearnos una opinión sobre algo, que haya un sistema que piense y escriba por nosotros lo va a complicar aún más. ¿Qué quieres opinar sobre algo? Pídeselo al chat y te da un argumentario a tu medida. No hace falta pensar, analizar, crear; solo hay que pedir.
La inteligencia artificial, con sus sesgos y todo, puede ayudarnos en muchas cosas pero también se lo pone muy fácil a quienes saldrán beneficiados de no tener una masa crítica que ponga en duda sus postulados. La manipulación se acrecienta y facilita cuanto menos pensamos y parece que de ahora en adelante va a ser muy sencillo no reflexionar, salvo que nos empeñemos en hacerlo. Una sociedad artificial, por mucha inteligencia que haya detrás, pierde su voluntad cuando las mentes pensantes son las ajenas. Ya sabemos lo que eso significa: que los deseos del poder se cumplirán sin que nadie rechiste. Si al menos tuviésemos un periodismo comprometido con su base, es decir, sacar a la luz lo que quienes mandan no quieren que salga, tendríamos una esperanza, pero ni eso. Me da que también el periodismo, más bien quienes controlan los medios, van a utilizar este sistema que tantos costes va a ahorrarles. Negro futuro nos espera.
En este 2023 vamos a tener que seguir peleando y haciendo mucho ruido para que la violencia machista, cuyo fin debería ser objetivo prioritario, desaparezca de nuestras vidas
Pero como hoy es noche de reyes y lo que se impone es pedir cosas útiles voy a pedirles que dejen en cada vivienda una sirena de las que suenan fuerte. ¿Una sirena? Sí, una grande y ruidosa para que la hagamos sonar en cada rincón de este país cada vez que una mujer es asesinada. Tal y cómo terminó el 2022, el mes más sangriento de los últimos años en lo que a violencia de género se refiere, no se me ocurre más que meter mucho ruido para que cada asesinada no caiga en el olvido. Dicen que la justicia ya no puede hacer más de lo que hace con los medios que tiene, la educación parece que no está funcionando y muchas mujeres siguen sin denunciar a sus agresores porque sienten que el proceso se alarga eternamente y continúan sufriendo las consecuencias de las agresiones sin que haya final, o con un final trágico. Así no hay manera de frenar el feminicidio. En este 2023 vamos a tener que seguir peleando y haciendo mucho ruido para que esta lacra, cuyo fin debería ser objetivo prioritario, desaparezca de nuestras vidas. Necesitamos vacuna contra el machismo. Está en cada uno de nosotros y de nosotras inocularla.
Queridos Reyes Magos, hagan su magia.