Next Generation. No me gusta escribir anglicismos con el idioma tan rico que tenemos, pero en este caso, sin que sirva de precedente, y pidiendo a quienes lean este artículo, disculpas anticipadas, creo que el termino viene al caso en el idioma en el que se creó, el inglés, porque desde que lo escuchamos por primera vez, nadie se ha molestado, o atrevido a traducirlo.
Suena esto de Next Generation en dinero, mucho dinero constante y sonante y eso suena a música celestial, aunque eso sí, sonaba mejor al principio, cuando intentaban convencernos de que el maná europeo, nos iba a alcanzar a todos en cantidades importantes.
Meses más tarde el globo se ha ido desinflando y las voces críticas se oyen cada vez más alto ¿dónde están los fondos europeos? ¿han llegado? ¿alguien los ha visto?. Sí, llegar parece que han llegado, lo de verlo, eso ya es otro cantar, y una vez visto que te toque, pues viene siendo como la lotería, que solo bendice a unos pocos.
¿Dónde están los fondos europeos? ¿han llegado? ¿alguien los ha visto?. Sí, llegar parece que han llegado, lo de verlo, eso ya es otro cantar, y una vez visto que te toque, pues viene siendo como la lotería, que solo bendice a unos pocos
Europa ya advirtió que los proyectos que accedieran a los famosos fondos debían estar destinados a iniciativas que realmente fueran transformadoras y vinculadas fundamentalmente a temas relacionados con la energía y la digitalización. Esas acotaciones ya dejaban fuera a muchos sectores de la economía por no estar vinculados a esos procesos.
Han pasado unos cuantos meses desde el famoso anuncio y la realidad es que los fondos para el común de los mortales, son poco menos que intangibles. Sin embargo, la realidad es que España ha recibido 31.000 millones de fondos en concepto de subvenciones que sumados a la denominada Adenda, alcanzan los 164.000 millones de euros. Sí, 164.000 millones. Se queja la patronal CEOE y con razón, de que de esta
importante cantidad, sólo se hayan habilitado 22.000 millones, a través de diferentes convocatorias de subvención, y de que de esos 22.000 sólo el 43% esto es, 9.500 millones de euros, se han destinado al sector privado.
Es necesario que se agilicen los programas de ayudas y que se resuelvan lo antes posible, y eso, sin lugar a dudas, requiere eliminar burocracia con el fin de que los procesos no se eternicen. Y que nadie entienda que eliminar burocracia supone limitar los controles. Ni mucho menos. Se debe hacer un control exhaustivo de los proyectos a los que se adjudican los fondos y un seguimiento de los mismos. De hecho, si no lo hacemos nosotros, lo hará Europa, que para las cosas del dinero es mucho menos “flexible”, que los autóctonos.
De que los Next Generation lleguen donde tienen que llegar depende una parte muy importante de nuestra economía, del progreso y de nuestro futuro. Tenemos una maravillosa oportunidad de situarnos en primera línea de salida en algunos campos, o cuando menos, de no quedarnos atrás. Es una cuestión que pasa por aprovechar nuestros recursos y por encima de todo nuestro talento, y ya que estamos, que sean los fondos europeos los que nos ayuden a fidelizar a los más capacitados, a ese talento que nos cuesta retener, entre otras cosas, porque las oportunidades son escasas y porque no siempre las condiciones son las mejores.
Tenemos una maravillosa oportunidad de situarnos en primera línea de salida en algunos campos, o cuando menos, de no quedarnos atrás. Es una cuestión que pasa por aprovechar nuestros recursos y por encima de todo nuestro talento, y ya que estamos, que sean los fondos europeos los que nos ayuden a fidelizar a los más capacitados, a ese talento que nos cuesta retener,
Le pusieron como nombre “Next Generation” que traducido es “Próxima Generación” muy adecuado sin duda, para los objetivos que Europa persigue con esta financiación absolutamente extraordinaria, como lo fue el motivo que la impulso: la pandemia.
Estamos en un contexto diferente, ante una situación cambiante en la que la incertidumbre es una constante. Y hay que asumir que es así, y utilizar todos los recursos posibles, porque la Next Generation es una realidad que va más allá de una cuestión económica.
Traducir la palabras es relativamente sencillo “Próxima Generación”, ya solo falta una buena traducción de los fondos o lo que es lo mismo que aterricen lo antes posible allí donde deben estar. Para esto, de momento, queda mucho que traducir.