Buenos días, son las 8.00 de la mañana y su país se encuentra en campaña electoral. 8.131 municipios, 12 Comunidades Autónomas, 7 Cabildos Insulares y 3 Diputaciones Forales vivirán los próximos días un ir y venir de candidatos y candidatas, un aluvión de mensajes, propuestas, ideas, claims, videos, memes, bailes y debates, también habrá innumerables actos electorales en plazas, mercados y lugares de reunión.
Puede ser que usted sea un ciudadano o ciudadana “cafetero”, de esos que consume tertulias y está a la última de las tensiones entre Podemos y Sumar, que sepa que la Comunidad Valenciana es un territorio crítico para el futuro de la política española y que la ciudad de Vitoria sea cual sea el resultado, tendrá su primera mujer alcaldesa.
Sí, en Euskadi vamos a tener una mujer al mando de una de las principales instituciones del país. Ya ve, querido votante, en Euskadi no siempre estamos a la vanguardia. Usted, votante cafetero es un votante politizado, fiel a su partido y no duda a quien va a votar.
Es probable que usted, querido ciudadano o ciudadana, se haya desconectado de la política, sienta pereza y prefiera pasar el tiempo haciendo otras cosas
En cambio, es probable que usted, querido ciudadano o ciudadana, se haya desconectado de la política, sienta pereza y prefiera pasar el tiempo haciendo otras cosas. Sabrá que hay elecciones, por algo está leyendo este artículo, pero es de esas personas indecisas que ahora están en boca de todos y que aparece en los gráficos de transferencias de voto, antiguo votante del PSOE votando a Más País; ex Ciudadanos ahora posible votante del PP; votante de Unidas Podemos que se ha ido a EH Bildu, harto de tanta disputa en la izquierda de la izquierda del PSOE.
Y claro, también está usted que no me lee, ciudadano o ciudadana absolutamente desconectado, que no sabe que acaba de empezar la campaña electoral, que ayer por la tarde noche se fue de pintxo-pote y hoy se ha levantado para ir a trabajar pensando que por fin es viernes y hasta el domingo por la noche nada de noticias ni de actualidad. Y si alguien le pregunta por las elecciones dirá, qué más da a quien vote, si las elecciones no van a influir en mi vida, gane uno u otro mi vida seguirá igual.
Personas, cada una diferente, tantos tipos de personas como neuronas habitan el cerebro. Y ahí habita el secreto de las campañas electorales, que básicamente cumplen cuatro funciones: 1) reforzar a los que ya te van a votar; 2) activar a aquellos que son cercanos y podrían votarte; 3) desactivar a aquellos que podrían votar a tu rival, pero prefieres que se queden en casa; y 4) convertir a electores de otros partidos en votantes tuyos.
Los efectos más habituales, o en los que los partidos políticos se centran más, son refuerzo y activación, fidelizar a tus votantes y activar a los que están cercanos. Pero quién sabe, igual durante estos quince días algún partido consigue activar a un votante que está fuera de la órbita del sistema, y de estas cuatro categorías, aquel que no se siente interpelado por la política porque no la ve, no la siente, no le llega. Quién sabe, todo es posible en una campaña electoral, hasta activar a los que no se sienten parte del sistema.