Tres razones pueden extraerse del sorpresivo adelanto electoral. La primera podría ser un puro ejercicio de higiene democrática debido a los malos resultados del PSOE en las elecciones municipales y autonómicas del 28 M. Probablemente sea la más cándida y bienintencionada de todas. La segunda nos hablaría de un problema interno dentro del Partido Socialista.
La hemorragia de pérdida de poder institucional a favor de la derecha comprometía al propio Pedro Sánchez quien se adelantaba a la posibilidad de verse inmerso en un huracán de críticas y cuestionamiento entre los suyos. Hacer sonar la sintonía electoral nuevamente evita que se alborote el patio socialista. La tercera, el sinvivir dentro del Gobierno de coalición. Un todos contra todos, Podemos contra el PSOE, Sumar y Podemos, Sánchez, Belarra, Garzón, Iglesias desde los medios pero agitando la batuta de los morados… Una algarabía de intereses encontrados que no aportaría más que desgaste hasta diciembre.
Así pues, la maniobra ha sido rápida, podría decirse que vertiginosa. Sin digerir los resultados aún, Sánchez arranca de raíz la semilla electoral del Partido Popular y de Vox que acababa de eclosionar el pasado domingo como si de una primera vuelta de las generales se tratara. En definitiva, pasar del relato de la derrota al horizonte de la nueva batalla electoral el 23-J.
La batalla ideológica bate en el fondo de los resultados y esa es la baza que jugará Sánchez con el adelanto electoral. ¿Valentía o temeridad? Quizá ambas cosas
Espero que no le importe a mi compañero, Francesc-Marc Álvaro, que tome prestada la metáfora que explica los porqués de esta reacción contra pronóstico. Al igual que ante el ataque de un feroz perro tienes dos opciones; mantenerte quieto a expensas de si se producirá la embestida y te muerda gravemente, que sería lo mismo que esperar hasta fin de año para la convocatoria de generales, o bien coger inmediatamente un palo e intentar enfrentarte al canino con ansias de devorarte.
Sánchez ha optado por esto último, hacer frente al puchero que se cocina al pil pil de los posibles acuerdos de populares y Vox. De este modo, visualizando la posibilidad de un Gobierno liderado por Alberto Núñez Feijóo, con la vicepresidencia de Santiago Abascal, intentará aglutinar a toda la izquierda desmotivada, pero temerosa ante ese escenario.
El grifo abierto a chorro para el reparto de ayudas, subvenciones, viviendas sociales, la Sareb, los terrenos de defensa, el interrail para jóvenes… El discurso del escudo social frente a la crisis, a la guerra y la inflación no ha funcionado. La batalla ideológica bate en el fondo de los resultados y esa es la baza que jugará Sánchez con el adelanto electoral. ¿Valentía o temeridad? Quizá ambas cosas.
En pleno verano, la convocatoria electoral de unas generales no tiene precedentes en el mes de julio. Segundo mes más elegido para las vacaciones. Desde ayer y hasta el trece de julio se puede solicitar el voto por correo que se prevé que aumente precisamente por la cuestión estival. El inicio oficial de la campaña electoral coincidirá con el primer encierro de San Fermines, es decir, el siete de julio. ¡Gora San Fermín y la fiesta de la democracia!
Otra fecha que apremia y a la que hay que estar atentos es el nueve de junio, día límite para presentar coaliciones electorales. Es el deadline del espacio a la izquierda del PSOE para ponerse de acuerdo y concurrir coaligados. Sumar acaba de constituirse como partido político, oficialmente será Movimiento Sumar, e Izquierda Unida ha anunciado su adhesión a la candidatura que encabezará Yolanda Díaz. Tic-Tac, el tiempo apremia y probablemente la cuenta atrás obre el milagro de la unión en diez días cuando ha sido imposible hacerlo en diez meses en virtud al adelanto electoral.
El uno de junio comienza la presidencia de turno del Consejo de la Unión Europea para España. Sánchez tomará ese día el testigo, pero será toda una incógnita si podrá mantenerlo al albur del resultado en las urnas. Todo un año de trabajo preparatorio que finalmente no sabemos quién liderará, algo que ha desconcertado a la UE y es que estamos hablando de fijar prioridades en el seno de la Unión en materia de autonomía estratégica, pacto migratorio, pacto energético, reforma de la reglas fiscales...donde la visión socialdemócrata y la liberal junto a la ultraderecha suponen un abismo. Alea jacta est.