Con el poso que da el hecho de que hayan pasado unos días desde que conocimos los resultados electorales, y con el objetivo de apelar a la necesaria cautela, y sobre todo al respeto de todos los ciudadanos, es un buen momento para hacer análisis y utilizar la autocrítica.

Que los resultados electorales fueron una sorpresa para la mayoría es evidente, y buena culpa de ello la tienen la mayoría de las encuestas electorales que pronosticaban datos muy diferentes, que básicamente le otorgaban al PP una mayoría holgada para gobernar en compañía de VOX. Ahora que nos hemos inventado eso del tracking diario que no es otra cosa que ir incorporando diariamente nuevas encuestas, mientras se eliminan las más antiguas, tenemos todavía más posibilidades de error, de hecho se pueden equivocar diariamente.

Pues bien, los sondeos que han errado, han condicionado la campaña y posiblemente también los resultados. No es nada nuevo que hay votantes que no acuden a votar si tienen claro que los suyos tienen la victoria asegurada y a la inversa, en ocasiones, un pronóstico negativo por parte de las encuentras, empuja más a aquellos que salen como perdedores.

Ya ha pasado más de una semana desde que conocemos los resultados del 23-J y toca aprender. Los responsables de las encuestas deberían ser más inocuos a la hora de interpretar los datos

Al final parece que el que menos se ha equivocado es el criticado CIS de Tezanos, que no sabemos de una forma científica o no, ha atinado más. Son esos sondeos los que alimentan antes, durante y después las tertulias de los diferentes medios de comunicación en los que analistas, entre los que me incluyo, hacemos valoraciones y especulamos sobre lo que puede pasar y por dónde iría el futuro político a través de los datos.

Sondeos y la mayoría de los tertulianos nos hemos equivocado. Los primeros con método que dicen que es científico, y los segundos en el mejor de los casos dejándonos llevar por lo que tenemos, los datos que las encuestas, y en el peor de los casos, influidos por criterios ideológicos.

Ya ha pasado más de una semana desde que conocemos los resultados y toca aprender. Las empresas que realizan las encuestas no pueden falsear los datos que obtienen, pero sus responsables seguramente, deberían ser más inocuos a la hora de interpretarlos, abstrayéndose de hacer juicios de valor que apoyan cualquier ideología, y los tertulianos visto lo visto, debemos ser especialmente cautos.

Evidentemente, valorar toca pero hay que analizar con sumo cuidado, y sobre todo insistiendo en que planteamos escenarios de acuerdo a los datos que nos aportan las encuestas.

Es especialmente llamativo que el mismo día de los comicios y a tenor de los sondeos que se conocen a las 20.00 horas, nos olvidemos de que siguen siendo encuestas y no datos fiables lo cual posibilita que más de uno se estrelle a lo largo de la noche conforme se van conociendo los datos del escrutinio.

Euskadi está a meses de las elecciones autonómicas. Procuremos ser más rigurosos para evitar sorpresas de última hora

Nos toca a unos y a otros mirar para dentro y hacer autocrítica con el fin primero de aprender y sobre todo de manifestar el máximo respeto que son quienes tienen la última palabra.

Por delante nos quedan a muchos las vacaciones en un contexto político que no puede estar más abierto, tanto que por no descartar, ni siquiera podemos descartar una repetición de las elecciones que de realizarse estarían en el entorno de las fechas navideñas.

Desde luego, no es lo deseable y de darse esta circunstancia más de un líder político debería hacérselo mirar y tal vez, quitarse de en medio. Pero si se diera está circunstancia, y en cualquier caso, para las próximas elecciones, Euskadi está a meses de que se celebren las autonómicas, procuremos ser más rigurosos para evitar sorpresas de última hora.

Políticos, empresas de sondeos y sus responsables y medios de comunicación y tertulianos, nos debemos a los ciudadanos que finalmente son los que se pronuncian y tiene la decisión final.