La ejemplar gestión de los tiempos que están llevando a cabo el PP y su candidato a la presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo, y que sin duda pasará a la historia de la comunicación política, alcanzó el domingo una de sus cumbres más surrealistas.
Tras habernos avanzado en las semanas previas sus políticas de alianzas para la investidura, su programa económico y fiscal para los próximos cuatro años, o su proyecto de España (busquen todo por ahí, a ver si lo encuentran) Alberto Núñez Feijóo, tras escuchar al ínclito José María Aznar, eligió la plaza Salvador Dalí y la avenida Felipe II para celebrar un Alderdi Eguna raro, raro, raro…
Eligió la plaza Salvador Dalí y la avenida Felipe II para celebrar un Alderdi Eguna raro, raro, raro…
Un Alderdi Eguna que en lo económico contribuyó a mejorar los resultados del mes de las compañías de autobuses, que trasladaron a sus fieles desde numerosos puntos de la península, y que reunió entre 40.000 y 65.000 asistentes a la reivindicación de Feijóo como candidato a presidente del Gobierno. “Pasaré o no a la presidencia del Gobierno. Ahora o pronto”. Y aquí vendría una conclusión del autor con un topicazo regional que prefiero evitarme.
La surrealista plaza de Salvador Dalí asistió a lo más parecido a un manifiesto ideológico que Feijóo haya enunciado desde su aparición en la escena política nacional. “Yo creo en la España de ciudadanos libres e iguales, en la que los hombres y las mujeres no somos adversarios y luchamos juntos contra el disparate de la violencia machista. Creo que la condición sexual no deriva en perjuicios ni en discriminación de ningún tipo. Creo que cada uno puede tener las creencias que quiera, pero eso es compatible con el respeto a la cultura, a la tradición y con la aportación del cristianismo a la Europa occidental. Creo en eso y por eso lo voy a defender”. Léanlo atentamente y saquen sus propias conclusiones.
La surrealista plaza de Salvador Dalí asistió a lo más parecido a un manifiesto ideológico que Feijóo haya enunciado desde su aparición en la escena política nacional
Yo entiendo que cree firmemente en que ser hombre o mujer, heterosexual u homosexual, no tiene consecuencias –más positivas para unos y peores para otras y otros- en ningún caso. Mira tú. Y colijo que permite que cualquiera tenga sus propias creencias (religiosas en este caso) siempre que respeten la cultura, la tradición y la aportación del cristianismo a la Europa Occidental. No haré un chiste fácil sobre la aportación a la pederastia de la Iglesia Católica. Bueno, lo he hecho.
Yo entiendo que cree firmemente en que ser hombre o mujer, heterosexual u homosexual, no tiene consecuencias en ningún caso
Y así, todo. Les ahorro, cómo no las invectivas lanzadas –en clave ya de oposición- contra el Gobierno de Pedro Sánchez, que aún no se ha constituido y que puede que nunca se constituya, y contra una amnistía inexistente al día de hoy a la que calificó de cacicada e indignidad, … mientras sus fieles exigían la cárcel para Puigdemont y mandaban a Sánchez a la mierda.
Rememoró y defendió el líder de la derecha española, porque así se lo habían escrito, la Constitución de 1812, ya que el acto de ayer coincidió con el 211 aniversario de la primeria sesión de la Cortes de Cádiz. Podía haber defendido el buen producto español, ya que el domingo también era el 131 aniversario del Mercat de Sant Antoni en Barcelona, o el simpar emprendimiento patrio, aprovechando el 570 aniversario del comienzo del segundo viaje de Cristobal Colón, o augurar una debacle económica si siguen en el Gobierno los socialcomunistas y Txapote, tal y como ocurrió hace 154 años, en el Viernes Negro estadounidense…
Podía haber defendido el buen producto español, ya que el domingo también era el 131 aniversario del Mercat de Sant Antoni en Barcelona
En fin, que efemérides hay muchas para recordar según como te vaya la vaina, pero no deja de ser curioso que el señor que se ha aliado con el fascismo de VOX para alcanzar ayuntamientos y autonomías –y que mintió el domingo cuando dijo, imagino que mirando a la presidenta de Extremadura, María Guardiola, que “jamás” había vendido sus principios “a cambio de un Gobierno autonómico o una alcaldía”- eligiera hablar de la Constitución de Cádiz.
Yo creo que hubiera quedado más propio de la ocasión un ¡Vivan las caenas!
Todo muy surrealista.