Los ciclistas europeos y los defensores de la bicicleta como modo de transporte de futuro para las ciudades están de enhorabuena. La Comisión Europea lanzó la semana pasada en Sevilla la Declaración Europea de la Bicicleta, un documento que sienta las bases para su desarrollo estratégico en todos los países de la UE con un objetivo claro: explotar todo el potencial del ciclismo en el continente. La propuesta eleva la bicicleta a prioridad estratégica y reconoce su capacidad para generar beneficios significativos para Europa. Modo de transporte sostenible, accesible, inclusivo, asequible, solidario y con fuerte valor añadido para la economía, son algunos de los calificativos con los que Bruselas presenta a la bicicleta en esta declaración que se llevará próximamente al Parlamento y a la Comisión para su tramitación posterior.
A estas alturas de la película, creo que nadie o muy poca gente no ve la oportunidad que representa para toda Europa, pero especialmente para sus ciudades, una apuesta estratégica para impulsar este modo de transporte y aumentar su uso cotidiano. Este documento viene a refrendar este aspecto y a marcar una estrategia para su desarrollo real y efectivo. No olvidemos que la bicicleta puede ser uno de los mejores aliados para cumplir con los ambiciosos objetivos climáticos marcados por la UE y a impulsar los planes de movilidad sostenible, que son obligatorios para muchas de nuestras urbes. Incluso hay 100, entre las que se encuentra Vitoria-Gasteiz, que se han comprometido a ser climáticamente neutras en 2050, sin más bicis y menos coches en sus calles esto no va a ser posible.
No olvidemos que la bicicleta puede ser uno de los mejores aliados para cumplir con los ambiciosos objetivos climáticos marcados por la UE y a impulsar los planes de movilidad sostenible
En Euskadi, aunque presumimos de ser unos auténticos enamorados del ciclismo y de acoger la salida del Tour de Francia, tenemos un amplísimo marco de mejora en este campo. No hay más que ver las cifras de uso de la bicicleta en nuestras 3 capitales: Vitoria-Gasteiz algo más del 8%, Donostia-San Sebastián 4,4% y Bilbao, que apenas supera el 1%. Datos muy alejados de las ciudades europeas más avanzadas. Hace falta una política mucho más valiente y proactiva por parte de nuestros Ayuntamientos y el resto de las instituciones vascas para cumplir con algunas de las directrices de este documento europeo que se acaba de presentar y esto pasa, precisamente, por ver su potencial futuro y por hacer una estrategia seria y continuada para su desarrollo o, quizás, por retomar algunos planes que se aprobaron hace unos años en nuestros municipios y que se han ido dejando morir para centrase sólo en acciones puntuales, algunas muy loables y que fueron pioneras en el Estado, pero que carecen de esa continuidad y visión estratégica. Mientras otras ciudades europeas, como París, han multiplicado exponencialmente sus desplazamientos en bici, aquí seguimos sin dar ese vuelco e incluso, en algunas ocasiones, dando pasos en la dirección contraria.
¿Cómo podemos impulsar de manera efectiva los desplazamientos en bicicleta? Lo primero creando y mejorando las actuales infraestructuras, dotándolas de un mantenimiento adecuado y mejorando la seguridad para las personas ciclistas. En algunos lugares como Vitoria-Gasteiz tenemos muchos kilómetros de carriles bici, sendas ciclables, etc, pero su mantenimiento y conexión debe mejorar ostensiblemente. También incrementar el resto de las infraestructuras asociadas como los aparcamientos (en la capital alavesa se ha instalado uno de los parkings cubiertos más grandes de España en pleno centro) y su intermodalidad, promover su conexión con otros modos de transporte como el tren o el autobús, sigo viendo con mucha envidia los aparcamientos llenos de bicis en las estaciones de tren de Copenhague o Amsterdam, ¿por qué no en Abando, Dato o Eguía?
En algunos lugares como Vitoria-Gasteiz tenemos muchos kilómetros de carriles bici, sendas ciclables, etc, pero su mantenimiento y conexión debe mejorar ostensiblemente
Promover la bicicleta pasa también por incentivar su uso en la movilidad al trabajo, una de las grandes asignaturas pendientes en Euskadi. Hace muy poco la red de parques tecnológicos de Euskadi elaboraba sus planes de movilidad sostenible, una oportunidad magnífica para incluir la bici como alternativa al enorme peso del vehículo privado en sus desplazamientos. De hecho, la Diputación Foral de Álava tiene previsto iniciar las obras para construir un carril bici entre Vitoria-Gasteiz y el Parque Tecnológico de Miñano el año que viene. Cuando se ponga en funcionamiento, estoy seguro de que será un punto de inflexión importante para cambiar el reparto modal. Cada vez hay más personas dispuestas a subirse a la bici si se generan las condiciones adecuadas, así en una encuesta realizada a trabajadores de polígonos industriales de la capital de Euskadi, casi el 80% se mostraba dispuesto a acudir a sus empresas en bicicleta.
Tampoco podemos olvidar el potencial de la bicicleta para transformar el transporte de última milla en nuestras ciudades y mejorar el caos que supone ahora el reparto de paquetes tras el auge del comercio electrónico. La bici es mucho más ágil y versátil, además de no producir emisiones, ya hay varias empresas vascas, como la cooperativa Eraman, que han demostrado su eficiencia incrementando el empleo y su volumen de negocio de manera exponencial. Lástima que iniciativas pioneras e imprescindibles como el hub logístico de Los Herrán en Vitoria-Gasteiz, cuyas obras ya se había licitado, esté ahora paralizado por un fallo administrativo y la poca cintura de todos los partidos políticos de su Ayuntamiento para desencallar una situación que puede hacer perder una importante ayuda de fondos europeos para su construcción. Un ejemplo de lo que hay que evitar. ¿Qué tal si, a raíz de esta Declaración Europea de la Bicicleta, generamos un acuerdo global para su impulso en nuestras ciudades?.
¿Qué tal si, a raíz de esta Declaración Europea de la Bicicleta, generamos un acuerdo global para su impulso en nuestras ciudades?
Como ven mucho camino por pedalear y algún que otro palo en nuestras ruedas. A pesar de ello, no podemos perder el Norte: más bici es más salud, más calidad de vida, más competitividad y más futuro. ¿Cambiamos el volante por el manillar?