A raíz de que varias grandes empresas vascas, como Gamesa o Euskaltel, hayan cambiado de manos para pasar a depender de multinacionales, se ha empezado a hablar mucho del arraigo. Se insiste en la conveniencia de que haya accionistas locales, incluido el Gobierno vasco, pero se olvida que hay grandes entidades internacionales que mantienen núcleos estables de accionistas en compañías que siguen enclavadas en Euskadi. Dos de ellas son curiosamente el Gobierno de Noruega y la familia andaluza propietaria de las tiendas Mayoral.
El Gobierno de Noruega no solo está en el País Vasco. Su fondo de inversión, Norges Bank Investment Management (NBIM), que se nutre fundamentalmente de los ingresos que genera la extracción de hidrocarburos, es el mayor del mundo, por encima incluso de los países del Golfo Pérsico. Se calcula que tiene el 1,4% de todas las cotizadas del Planeta. Y en Euskadi es uno de los principales accionistas de BBVA (2,84%), Viscofan (2,43%), Vidrala (1,59%), Faes (1,44%), Dominion (1,18%), CAF (0,97%), CIE Automotive (0,97%), Gestamp (0,66%), Neinor (0,56%), Arteche (0,22%) e Iberdrola (3,36%).
Hay grandes entidades internacionales que mantienen núcleos estables de accionistas en compañías que siguen enclavadas en Euskadi
Con la eléctrica vasca tiene, además, un acuerdo para coinvertir en plantas renovables, fundamentalmente solares, en España y Portugal. Sin olvidar que, con una participación del 4,35%, es el segundo mayor accionista de Repsol, el propietario de la refinería de Petronor. Por no hablar de su importante representación en grupos multinacionales como Mercedes-Benz (0,37%), Siemens (2,38%), Coca-Cola (1,08%), Befesa (2,34%), Pepsico (1,13%), Michelin (3,15%), Bridgestone (1,05%) o ArcelorMittal (0,79%), todos ellos con plantas propias en Euskadi.
Su relevancia es indiscutible y debería marcar un camino a seguir para todos los países del mundo. Y no solo por su poder, sino también por su transparencia y por la importancia que da a los criterios ESG (Environmental, Social and Governance) en sus inversiones. Evidentemente, Euskadi no tiene los recursos naturales que ha encontrado Noruega en su subsuelo y, aunque los tuviera, hace tiempo que decidió no explotarlos, con lo que resulta prácticamente imposible generar esa capacidad de ahorro como país. Pese a lo que diga Pello Otxandiano sobre la necesidad de crear empresas públicas, lo cierto es que las instituciones forales y autonómicas no tienen dinero para hacerlo. Y los fondos privados vascos, como Geroa e Itzarri, gestionan relativamente poco dinero y más del 50% lo dedican a renta fija, fundamentalmente deuda pública, por lo que su capacidad también es limitada.
Euskadi no tiene los recursos naturales que ha encontrado Noruega en su subsuelo y, aunque los tuviera, hace tiempo que decidió no explotarlos
BasqueFIK, el clúster financiero que anunció el Gobierno vasco hace unos días, no va de eso. Los actores, entre los que falta el más relevante de todos, el BBVA, no comparten fondos ni harán aportaciones económicas para invertir conjuntamente. Lo único que consta por el momento es que se reunirán periódicamente, seguramente en torno a una mesa, para buscar sinergias que todavía no se han concretado. Harán también alguna nota de prensa, que es lo único que realmente les importa a los políticos que han promovido este tinglado.
¿Qué nos queda entonces? ¿Esperar que fondos soberanos extranjeros, como el noruego, hagan su trabajo? Afortunadamente todavía hay esperanza. La principal son algunas familias vascas que han hecho dinero y lo están reinvirtiendo en startups y, sobre todo, en bolsa. Seguramente no los conoces porque la huella de ETA les ha forzado a ser más que discretos, pero ahí están los Ybarra Careaga, los Egaña o los Salegui, que figuran entre los principales accionistas de Vocento, Elecnor, Iberpapel, Nicolás Correa, Agile, Arteche, NBI Bearings, CIE Automotive, Vidrala o Uvesco. Después de pegar un pelotazo con Másmóvil y Solarpack, el responsable del family office Onchena, Alvaro de Ybarra Careaga, reconocía en una entrevista algo curioso: "Tuvimos un problema (entre comillas). Nos hicimos famosos".
Pero la familia que más está invirtiendo en Euskadi es precisamente una que no es de aquí. Se trata de los malagueños Domínguez de Gor, propietarios de la firma de moda infantil Mayoral y que figuran habitualmente entre los 50 mayores patrimonios de España. Su vehículo de inversión, Indumenta Pueri, es accionista significativo de Faes (5%), CAF (5,02%), Dominion (5%) y Opdenergy (6%). Esta última es una firma navarra pero está muy unida a Gipuzkoa. ¿Qué les atrae de las empresas vascas? Al parecer les interesan las empresas industriales en las que hay familias al frente. ¡Pues que siga siendo así!