Mientras el grito al más puro estilo de Cristiano Ronaldo ¡siiiiiiiuuu! desde el interior de La Moncloa era una especie de alivio colectivo, tras cinco días de especulaciones e incertidumbres sobre la continuidad de Pedro Sánchez al frente de la Presidencia del Gobierno de España, en Sabin Etxea PNV y el Partido Socialista de Euskadi seguían adelante con la primera reunión entre ambas formaciones para sentar las bases de los que será la XIII Legislatura en el Parlamento Vasco.
Primer toque de balón para fijar la metodología y como en un amistoso, ambos equipos negociadores calificaron la reunión de positiva y de haber discurrido con buen clima. Son viejos conocidos, se han medido muchas veces en negociaciones y no parece que la pérdida de escaños jeltzale y la ganancia de los socialistas vaya a ser ningún inconveniente para alcanzar el camino del encuentro. El objetivo es que la sesión de investidura tenga lugar tras las elecciones europeas, probablemente la tercera semana de junio, y para ello han acordado poner en marcha la Legislatura, Sesión Constitutiva de la Mesa y Pleno de Incompatibilidades, previo al inicio de la precampaña.
Se prevé que de cara al verano el Ejecutivo vasco esté formado con un programa de Gobierno que irá avanzando con discreción
Sin prisa, pero sin pausa se prevé que de cara al verano el Ejecutivo vasco esté formado con un programa de Gobierno que irá avanzando con discreción y bajo la premisa de un diagnóstico compartido. Los principales asuntos a abordar son Sanidad, Vivienda y Empleo ¿quién ejercerá estas funciones?
Hasta ahora Vivienda y Empleo han recaído en los socialistas ¿aspiran a gestionar también Osakidetza? Dice un proverbio chino que el agua es capaz de hacer flotar el barco, pero al mismo tiempo puede hundirlo. Es atrayente la capacidad de dar lustre a la joya de la corona del autogobierno vasco, y a la vez es un riesgo no conseguirlo o no alcanzara revertir las listas de espera o la suficiencia de profesionales en pediatría y atención primaria. No digo que ni uno ni otro sean capaces de armar un plan de choques, advierto de que estamos probablemente ante la última frontera del despliegue de la utilidad política ante la desafección ciudadana, y es el reto que necesita el PNV para sacar músculo a su insignia en la solapa, la capacidad de gestión.
Un acuerdo de Gobierno 27 a 12, frente a un 31 /10, es un potente argumento para pedir más y al mismo tiempo no debería ser suficiente para gestionar el tuétano de la mayor preocupación en la sociedad vasca que debería recaer en la formación con más escaños y más votos. Huele a línea roja, si el partido socialista aprieta por la gestión de Osakidetza, el debutante Pradales está obligado a poner pie en pared.
La responsabilidad del acuerdo debe nacer del Gobierno, ese es el mandato tras el escrutinio de las urnas
Ante la constatación de la reunión entre los veteranos negociantes, EH Bildu ha visto que no ha tocado balón a pesar de su histórica noche electoral. Oliver y Benji ya están en el terreno de juego, mientras ellos aún no han saltado al campo. Permanecen ante la pizarra en el vestuario esperando a que el entrenador trace la táctica de juego con las nuevas reglas. Más parlamentarios sí, pero sin capacidad de ser decisivos frente a la mayoría absoluta del PNV y PSE. La duda es por qué se decantará el míster ¿a la italiana por el catenazzio o al ataque cuerpo a cuerpo de los ingleses?
Mientras reflexionan sobre qué tipo de oposición llevar a cabo, las primeras declaraciones públicas de la número uno por Gipuzkoa, Nerea Kortajarena, son de reproche hacia jeltzales y socialistas por no contar con ellos en una ronda de contraste y hacer como que aquí no ha pasado nada. Me recuerda al adolescente protestón que le han fijado un tope para la vuelta a casa con el que no está de acuerdo, pero mal harían quienes van a gobernar este país en no abrirse a contar con todos para encarar los retos que vienen. La responsabilidad del acuerdo debe nacer del Gobierno, ese es el mandato tras el escrutinio de las urnas. Estar a la altura de la contribución al bien común, de demostrar con hechos que la cooperación en política está por encima de la competición interpela a todos, desde luego también a quienes tienen el reto de ser útiles en la oposición.