Renovarse o morir. Esta famosa frase debe ser la principal consigna que tienen que seguir PNV y PSE en la negociación para formar el nuevo Gobierno vasco que liderará Imanol Pradales como lehendakari.
Ya sabemos que el próximo 20 de junio se designará a Pradales como lehendakari en un pleno del Parlamento vasco. Y sabemos que dos días después, el 22 de junio, sábado, el nuevo jefe del Ejecutivo tomará el testigo de manos del lehendakari saliente, Iñigo Urkullu, bajo el simbólico árbol de Gernika.
Lo que no sabemos ni está tan claro es quiénes acompañarán a Pradales en el nuevo Gabinete. Eso están negociando peneuvistas y socialistas en las últimas semanas de forma discreta. De todas las incógnitas pendientes, la principal, al menos para un medio como el nuestro, es la que tiene que ver con la gestión económica del futuro Ejecutivo.
Hay una cartera determinante en cualquier gobierno, pero más si cabe en el vasco, que es la de Economía y Hacienda, que en las últimas legislaturas ocupó Pedro Azpiazu. Este consejero ya anunció tiempo atrás su intención de dejar la política.
Más allá de quién elija Pradales para dirigir el timón económico, que no es poca cosa, está claro que desde diferentes ámbitos empresariales y sindicales, es decir en el mundo económico en general, unos y otros piden renovación. Está claro que gobernarán los mismos partidos, como ya se ha dicho, pero se demandan caras nuevas, una forma de actuar más moderna que sea acorde a los nuevos tiempos y, sobre todo, nuevas políticas en materia económica.
Se elija a quien se elija, hay que recordarle a Pradales la máxima antes citada: renovarse o morir. La economía vasca lo necesita. Las cosas no van tan mal como algunos apocalípticos dicen a menudo, pero tampoco van tan perfectas como algunos dibujan interesadamente. Como siempre decimos, la economía tiene sus luces y sus sombras. Estas últimas, esas que en Crónica Vasca intentamos señalar, se tienen que mejorar con savia nueva y, como ya se ha dicho, con iniciativas novedosas.
Los retos son mayúsculos para esta legislatura. Ahí está la famosa reforma fiscal que ya toca abordar. Está por ver qué se hace en materia de vivienda, porque este asunto preocupa muchísimo a la ciudadanía. Por supuesto, está el tema clave de cómo gestionar Osakidetza. Y así un largo etcétera.
Todos son ellos grandes desafíos para el nuevo Gobierno vasco de Imanol Pradales. Un Gobierno que, cuando se forme, y lo decimos ya por tercera vez, tiene que aplicarse aquello de renovarse o morir.