De vez en cuando se dan combinaciones en economía, y en concreto en el mercado laboral, que aúnan problemáticas que si por separado son difíciles de gestionar, juntas se convierten en auténticas bombas de relojería.

Nos está ocurriendo ahora mismo en Euskadi, con dos fenómenos que se dan en paralelo, y que son perniciosos para la economía y para el empleo: el absentismo por un lado, y la falta de perfiles profesionales por otro.

El diagnóstico sobre la falta de profesionales lo llevan anunciando las empresas desde hace tiempo, e incluso está cuantificado. En los próximos 10 años y según datos de Confebask se van a necesitar en el País Vasco 140.000 profesionales destinados a cubrir sólo el relevo generacional, a estos habría que sumar todos esos perfiles que en estos momentos demanda sin ningún éxito el mercado y que por lo tanto, no se están cubriendo. Por sectores, hay carencias en todos. Nos suena más la falta de gente en el mundo de la educación, o la clamorosa falta de sanitarios pero el problema no es ajeno a la industria.

Se está dando en Euskadi una cuadratura del círculo desmotivadora y poco halagüeña que requiere utilizar la innovación para idear respuestas que sirvan para que las actuales circunstancias no terminen enquistándose sin remedio

Precisamente es el entorno de la empresa, y el mundo industrial desde donde pretende hacerse visible desde hace ya años este problema que cada vez es más grave. Pues bien, si la falta de capital humano es sin duda un lastre, no lo es menos el problema del absentismo, y en concreto las delirantes cifras que ha alcanzado en el País Vasco.

En las últimas semanas y con razón, los responsables empresariales han centrado parte de sus mensajes en este asunto, y han ido elevando el tono, con el fin de poner en el punto de mira del discurso empresarial, un problema que exige la complicidad de todos los agentes implicados, para intentar frenar un fenómeno que claramente se nos ha ido de las manos.

Ostentamos el triste récord de ser la comunidad con el absentismo más alto, con una tasa que supera el 8%. Respecto al diagnóstico que dé alguna pista sobre estas alarmantes cifras, siguen faltando muchos datos, y un análisis exhaustivo que permita centrar el tiro, para procurar reducir el endemoniado guarismo, que traducido a horas perdidas es espeluznante.

Sabemos eso sí, que el sector servicios es el que acumula mayores ratios y que la salud mental como causa de ausencia al trabajo, se ha incrementado en los últimos tiempos de forma especialmente preocupante.

En todo caso el absentismo, sus causas y sus posibles soluciones requieren del consenso de todas las partes afectadas, y de la buena voluntad de las partes para afrontar una problemática que se presta a la especulación argumentativa. El tema es lo suficientemente sensible y resbaladizo como para no banalizarlo, sin obviar que el problema es prioritario.

O somos conscientes del alcance del problema, o nos seguiremos conformando con las cifras económicas relativamente buenas

Tiene en este asunto el Gobierno vasco recién constituido, un importante reto por delante para intentar llegar cuando menos a consensos de diagnóstico entre las partes, asunto que hasta el momento no ha sido posible.

De la misma forma que también tiene una importante responsabilidad en intentar minimizar el impacto que supone la falta de trabajadores buscando ser más atractivos, para fidelizar y captar el mejor talento para los sectores vascos.

De momento y a la espera de que entre todos empiecen a frenarse estas situaciones, se está dando en Euskadi una cuadratura del círculo desmotivadora y poco halagüeña que requiere utilizar la innovación para idear respuestas que sirvan para que las actuales circunstancias no terminen enquistándose sin remedio.

Y ojo porque la receta tenemos que aplicárnosla todos. O somos conscientes del alcance del problema, o nos seguiremos conformando con las cifras económicas relativamente buenas y unas previsiones que siguen hablando de crecimiento pero que no pueden esconder asuntos que hoy por hoy, pueden tildarse de coyunturales, pero que pueden convertirse en estructurales.

De momento la combinación de este cóctel lleva dos ingredientes que producen acidez, confiemos en no llegar a la perforación de estómago.