El calendario electoral y sus caprichosos ciclos han decidido que tras las elecciones autonómicas y ante un periodo desértico de elecciones, los 3 partidos vascos más importantes hagan coincidir sus congresos.

PNV, EH Bildu y PSE van a desarrollar sus conclaves con la tranquilidad de conservar poder (en el caso del PNV) haberlo aumentado (en el caso del PSE) y confirmarse como la alternativa (en el caso de EH Bildu).

Esta tranquilidad, la posibilidad de afrontar sus dinámicas internas con calma y sin prisas y una mirada a largo plazo es lo que hace que los tres partidos opten por desarrollar sus congresos tras el intenso ciclo electoral, sacrificando la atención mediática que dan dichos encuentros en vísperas de elecciones.

De hecho, lo lógico sería que estos partidos desarrollasen grandes eventos (y los congresos son los eventos más importantes que desarrollan los partidos) antes de las elecciones para dar el pistoletazo de salida de cara a la carrera electoral y aprestar a sus militantes a la batalla. Esta es una práctica habitual en los inicios de ciclo electoral en España, pero parece que, en Euskadi, también tenemos otra cultura política al respecto.

En cualquier caso, no es objeto de este articulo desgranar las diferencias notables o superficiales entre diferentes culturas políticas, si no desgranar a detalle qué es lo que pude pasar en esos congresos.

El PSE se ha fortalecido dentro de los gobiernos con el PNV, sobre todo en el gobierno vasco, tal vez más como consecuencia de la caída de apoyo popular del PNV que por un abrumador éxito en las urnas de los socialistas

Empecemos con el PSE. Es el congreso que se estima más tardío (llegará en marzo de 2025) y no parece que vaya a haber sorpresas. Andueza revalidará el cargo de secretario general de los socialistas vascos, ya que este es su primer mandato y los resultados electorales avalan su gestión al frente. El PSE se ha fortalecido dentro de los gobiernos con el PNV, sobre todo en el gobierno vasco, tal vez más como consecuencia de la caída de apoyo popular del PNV que por un abrumador éxito en las urnas de los socialistas. En cualquier caso, esa mayor cuota de influencia en los gobiernos le servirá a Andueza para salir reelegido sin oposición. En los Territorios Históricos, la historia sí puede dar novedades.

Para EH Bildu tampoco parece que vaya a haber sorpresas. Todo apunta a que Arnaldo Otegi revalidará cargo (otra vez) sin oposición. No parece que en los soberanistas de izquierdas las cosas se vayan a mover mucho. La estrategia de confrontación suave con el PNV y el apoyo al gobierno Sánchez en Madrid, han dado buenos resultados a la coalición y eso suele ser garantía para quienes gestionan los partidos.

Tal vez solo una duda a resolver en este congreso: ¿adquirirá relevancia el candidato Peio Otxandiano dentro de la coalición con un cargo interno que le dé más visibilidad, o se plantean los de Otegi empezar a posicionar otros liderazgos de cara a futuro, teniendo en cuenta que Otxandiano no dio el tan deseado sorpaso al PNV a pesar de tener unos grandes resultados?

Los Jeltzales. Este es el más interesante de los conclaves que nos esperan.

Crisis electoral, nuevo liderazgo en lehendakaritza y la presión de EH Bildu han dado especial relevancia al congreso de los jeltzales. 

Grandes cuestiones que resolver y en las que debemos fijarnos: 

Parece que las nuevas generaciones de cargos del PNV vienen pisando fuerte y no esconderán su deseo de pelear por mayor influencia en el partido

Primero: el cambio de liderazgos. Parece que el crédito del EBB se terminó hace tiempo y los actuales dirigentes del PNV no han sabido mantener a su base electoral en tensión. Su principal líder, Ortuzar, ha sido ligeramente cuestionado por algunas voces internas (algunas de cierta relevancia) aunque en la casa jeltzale los trapos se lavan y se secan en interior. En cualquier caso, parece que las nuevas generaciones de cargos del PNV vienen pisando fuerte y no esconderán su deseo de pelear por mayor influencia en el partido. Es tal vez el único congreso en el que se espera que haya oposición a las estructuras, teniendo en cuenta que el “malo de la película” no parece oficializar su renuncia a la presidencia del EBB. 

Segundo: el cambio de corriente ideológica. Mucho repiten los dirigentes del PNV que son un partido humanista. Eso es como no decir nada y decir mucho sin decirlo. Pocos partidos existen hoy en día que no se puedan llamar humanistas y… ¿No era el PNV un orgulloso fundador de la democracia cristiana en Europa? No se puede negar que hay tendencias liberales en algunos de esos jóvenes que empiezan a pujar ya empiezan a hacer relato en contra de la “intromisión del estado en la vida de los ciudadanos”. La jugada es arriesgada ya que la ideología liberal está hoy en manos de la ultraderecha. En cualquier caso, creo que se verá cierta pelea ideológica entre democristianos y liberales dentro del PNV.

Tercero: nuevas narrativas. Si hay algo que sabemos del congreso del PNV es que será largo (seis meses) que arrancará el próximo domingo en el Alderdi Eguna de 2024 y que los jeltzales deberán explorar nuevos relatos si tenemos en cuenta que el escenario electoral vasco se ha consolidado en dos fuerzas abertzales a la cabeza de las preferencias electorales. El clásico marco de “vasco bueno” vs “español malo” ya no sirve porque el principal rival del PNV ya no es español. Las narrativas deben variar para adaptarse al nuevo escenario. Ya vimos esas nuevas narrativas durante la campaña electoral autonómica cuando el por entonces candidato Pradales acusó a Eh Bildu de “querer meter sus manos en el bolsillo de los ciudadanos” (relato liberal de libro). Este posiblemente sea el punto que más fricciones pueda general en el seno jeltzale.

Pase lo que pase en estos tres congresos hay algo que tengo muy claro. La salud democrática de los partidos en Euskadi esta en coma. Posiblemente no veamos oposición interna y este punto es una de las condiciones necesarias para poder hablar de procesos democráticos internos y generales y sí, esto es importante porque los partidos reflejan en sus procesos internos sus ideas sobre la democracia y la participación política.