El exministro de Transportes José Luis Ábalos con su consejero Koldo García EFE

El exministro de Transportes José Luis Ábalos con su consejero Koldo García EFE

Opinión

La tormenta perfecta

  • Si alguien ve implicación del presidente del Gobierno en esa trama, me lo va a tener que explicar muy despacito. Para que lo entienda
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Resistir es vencer. Aguantar los embates de quien no te quiere, ni bien ni mal. Como el junco que se dobla pero siempre sigue en pie, en palabras de Carlos Toro. Todo esto debe estar pensando el Perro Sanxe con la que le han preparado para después de este verano. La tormenta perfecta.

Uno de los factores que contribuyen a un fenómeno meteorológico devastador, como el mencionado en el párrafo anterior, es la acumulación de calor en la superficie. En este caso, la polémica por la financiación especial, o cupo, o nuevo estatus, o federalidad de Cataluña, que ni siquiera le aporta la posibilidad de generar mayorías parlamentarias, ha contribuido al progresivo calentamiento, que se ha transformado en achicharramiento personal y político cuando sumamos el grosero vodevil del ilustrísimo Peinado.

El extremo calor asciende en la superficie donde choca con una impresionante corriente de aire helado, una depresión aislada en niveles altos, no prevista en absoluto, que ha contribuido a enrarecer el ambiente con titulares de medios, supuestamente serios, que afirman sin ruborizarse que el gobierno “ha colado” una reducción de condenas a sanguinarios etarras.

Y para ello han engañado a la oposición. ¿Cómo, o de qué manera, explican estos medios que la “argucia” del político sin escrúpulos, que ocupa el Trono de Espadas, fue aprobada por la unanimidad del Parlamento, después de medio año de tramitación? Fácil. Magia o burundanga. 

Si alguien ve implicación del presidente del Gobierno en esa trama, me lo va a tener que explicar muy despacito. Para que lo entienda

Pero el efecto se ha conseguido y la tormenta crece y va acumulando energía mientras que los vientos dominantes de esos medios, que se se sienten amenazados por la supuesta e inexistente censura del gobierno, empujan el fenómeno hacia regiones costeras donde podrá cargarse de humedad hasta un punto de saturación, antes de virar de nuevo hacia zonas del interior de España.

Y comienzan los cumulonimbus: el caso Koldo se transforma en el caso Ábalos, y ya solo queda un escalón para que sea el caso Sánchez. ¿Realidad o ficción? Deseo lujurioso. Un caso presunto de corrupción atajado en tiempo y forma desde el plano político, que espera la resolución judicial tras la investigación correspondiente. Y si alguien ve implicación del presidente del Gobierno en esa trama, me lo va a tener que explicar muy despacito. Para que lo entienda. 

La tormenta perfecta. Está encima de nuestras cabezas. Apocalíptica y destructiva ¿Merece la pena seguir aguantando sin un horizonte de cielos claros a la vista?

¿Cambiamos de capitán y que Feijóo y sus apoyos mediáticos y económicos comiencen a desmontar los derechos sociales conquistados con este gobierno? ¿Y empiecen a cobrarse los favores hasta volver a rellenar de imputados los banquillos dentro de diez años?

¿Es realmente la única alternativa a Pedro Sánchez una derecha trumpiana, enemiga de la verdad, inventora de bulos, socialmente cruel con los más desfavorecidos y profundamente nacionalista y clasista? 

Seguiremos atentos a nuestras pantallas.