Franco fue un sanguinario dictador

A estas alturas del partido y de la vida estaremos todas y todos de acuerdo en que todo fluye y nada permanece, y que no te puedes bañar dos veces en el mismo río. Esta parida de Heráclito tiene la friolera de 2.500 años y toda la vigencia del mundo.

La podemos aplicar a todo. A la juventud, a la belleza, a la vida, a las conquistas sociales, a la democracia,... Hoy están, mañana se han ido. Y seremos viejos, feos y súbditos. Y el poder lo ostentará la marioneta que nos pongan los metabarones de turno, las casas del Imperio, los dueños de la especia, de la melange.

¿Conquistas feministas? Machitos vulnerables heridos y asustados que acercan, día a día y más rápido de lo que parece, un horizonte compatible con El Cuento de la Criada. Si no has leído el libro, te miras la serie.

¿Ciudadanos libres e iguales? Evidentemente no. Y hoy más lejos que ayer. Mejor educación, mejor sanidad, mejor justicia si tienes dinero y, por lo tanto, influencia. En caso contrario, tarifa plana y cada vez más cara. Mediocridad como futuro vital.

¿Una sociedad integradora? Imposible, con parte de la ciudadanía, curiosamente la más joven y la menos preparada, que compran los discursos de odio y violencia hacia el diferente.

Que creen que Franco fue un autócrata generoso y bondadoso, que sacrificó su vida viviéndola de una manera austera, mirando solo por el bien de los españoles mientras hacía pantanos, carreteras y creaba la Seguridad Social.

Eso sí, su familia es una de las fortunas del país. Todo ganado honradamente.

Hagiógrafos ágrafos e indocumentados que pululan por los salones de la corte de Ayuso, escriben en sus medios y publican en la red de Elon Musk, las bondades de una cruel dictadura y de un sanguinario dictador, y la maldades de los comunistas y socialistas que defendieron la República.

Que sancionan la imperiosa y catártica necesidad de un golpe de estado y una posterior Guerra Civil donde el bando de los ganadores estaba apoyado activamente, con hombres y armas, por un tal Hitler y un tal Mussolini. En 2024.

Carlos Arias Navarro anuncia la muerte de Francisco Franco a 20 de noviembre de 1975 Archivo público

Todo fluye y nada permanece. Solo por eso, y a fin de que fluya más despacio, todo esfuerzo por colocar en su sitio, en el vertedero de la Historia, a Francisco Franco Bahamonde, Generalísimo por la gracia de Dios y el apoyo de la oligarquía española, la iglesia católica, los militares, el fascismo y el nazismo, merece el apoyo de cualquiera que quiera reconocerse como demócrata.

Y los relativistas, paniaguados, capillitas y chuparruedas del Fachetta nera, Giovinezza, Cara al sol, Erika y otras mierdas, que se lo hagan mirar y, a poder ser, que pronto se les pueda perseguir porque haya una ley que lo permita. Democrática, por supuesto.

Con lo que ha costado y lo que ha habido que transigir con estos piernas, para que ahora se columpien.