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Avanzan los procesos internos en los partidos políticos vascos y creo conveniente hacer un repaso a la situación general y a la situación particular de cada uno de ellos.

En realidad, los distintos relatos de estos procesos no serían dignos de un Oscar ni un Emmy. Como era de esperar, de los 4 partidos que han afrontado un proceso interno, solo parece que el PNV está dando algo de tensión dramática. Podemos (fuerza extraparlamentaria) si ha renovado su dirigencia a través de un proceso interno, pero tanto PSE como EH Bildu parece que pretenden apostar por la continuidad.

Los de Otegi, de hecho, introducen pocos cambios en la propuesta que la propia dirección hace a su militancia y no parece que vaya a haber alternativa que vaya a disputar el poder interno al de Elgoibar.

No se puede llamar democráticos a estos procesos

En el PSE, un poco de lo mismo. Andueza sin oposición y sin oponerse al poder de Sánchez en lo interno de los socialistas, no tendrá oposición.

Ya lo he dicho en otros artículos, pero con un papel excesivamente preponderante de las ejecutivas en los procesos y sin oposición interna, no se puede llamar democráticos a estos procesos.

En el PNV, sí. Los jeltzales han animado el circo partidista en Euskadi. Ya en los procesos para renovar sus cargos territoriales el salseo interno se calentó y si bien es cierto que las estructuras hicieron valer su peso (a veces de forma poco legitima), al menos en el partido nacionalista se están planteando alternativas. La última la de Aitor Esteban.

Pero ¿Qué posibilidades tiene un candidato de un partido vasco que no tiene el apoyo de las estructuras de ganar a los super estructurados partidos vascos?

Muchas veces tenemos la sensación de que esos candidatos están solos ante el peligro y solo el relato de David vs Goliat, parece dar algo de tensión dramática al escenario de baile.

No es que los partidos vascos difieran mucho de los españoles, de hecho, la estructura es de partido europeo

Los partidos políticos vascos se han configurado a lo largo del tiempo con estructuras muy rígidas, oscuras y demasiado selectivas. No es que los partidos vascos difieran mucho de los españoles, de hecho, la estructura es de partido europeo y por mucho que cada militante de cada partido alegue una diferencia significativa con el resto, la verdad es que las diferencias dentro de los partidos europeos son mínimas.

En el caso vasco, las super estructuras derivan de dos elementos propios de la política vasca. En primer lugar, el pasado de violencia política que fortaleció las estructuras ya que una concepción sectarista de la política derivado de una polarización ideológica extrema, hizo que los disidentes acabasen por abandonar los partidos, mediante escisiones o retiros de la vida política. Incluso acabado el conflicto violento, esas actitudes persistieron (recuerdo ahora la salida de Arantxa Quiroga del PP vasco).

El segundo elemento es la configuración clientelista de los partidos vascos. En este tipo de partidos, si un militante quiere medrar y ascender en el escalafón del partido, tendrá que actuar de manera complaciente con la dirección. Esto a su vez refuerza las estructuras ya que se llenan de cargos y militantes poco críticos y normalmente con pocas habilidades.

La falta de registros de militantes dentro de la facción complica mucho la observación en este caso

Pero volvamos a la pregunta inicial. ¿cómo un candidato puede sortear esa carrera de obstáculos que supone un proceso de elección interno? Pues la respuesta es muy sencilla: con las facciones.

¿Qué son las facciones? Son grupos informales de militantes que se agrupan o bien por intereses ideológicos, o bien por intereses de ascenso interno. No son organizaciones propiamente dichas o si lo son, tienen estructuras poco formales, pero lo que pierden en jerarquía y fortaleza lo ganan en dinamismo y poder de atracción. En contextos de crisis electoral del partido, las facciones tienen la capacidad de atraer a un número importante de militantes y organizarlos mínimamente para asaltar el poder interno, lanzando directrices y argumentarios para afrontar esos procesos internos.

¿Puede que el ascenso de Aitor Esteban sea producto de la organización de una facción?

Pues la verdad, es que no lo podemos asegurar. La falta de registros de militantes dentro de la facción complica mucho la observación en este caso, pero sí parece que hay un movimiento mínimamente coordinado con el fin de aupar a Aitor Esteban al poder del EBB o cuando menos un movimiento con intención de cuestionar el poder estructural de Andoni Ortuzar.

El sistema electoral del PNV es muy caprichosos

¿Tienen posibilidades? El sistema electoral del PNV es muy caprichoso (se asemeja al sistema de los colegios electorales de EEUU), pero si tengo claro que de haber una facción interna detrás del Esteban, esta ya viene operando desde la renovación de los cargos territoriales y ese es un espacio que ya tiene ganado.

Siguen luchando contra una superestructura organizativa, jerárquica y clientelar y muy posiblemente no sean capaces de derrotar esa estructura. De hecho y he aquí el problema de fondo y a largo plazo, si Esteban llega al poder del PNV, posiblemente no haya cambios en las estructuras del PNV y simplemente haya cambios en quienes ostentan el mismo poder estructural.