
La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera
La batalla por nuestras empresas
El proyecto ómnibus busca reducir las exigencias ambientales a las empresas del viejo continente para que puedan competir mejor con EEUU y China
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No hacía falta ser un agente del MI6 británico ni un experto analista de cualquier instituto de estudios internacionales para darse cuenta del tsunami que iba a provocar en la economía europea y, especialmente, en su industria la avalancha de medidas proteccionistas y “negacionistas” del cambio climático de la Administración Trump.
En mi último artículo ya les avisaba de como estas medidas podían contagiar y ralentizar el proceso de descarbonización de la economía europea emprendido en 2019 con su Green Deal. En menos de una semana, a una de las mayores defensoras de este Pacto Verde, la vicepresidenta por una Transición Limpia, Justa y Competitiva de la Comisión Europa, Teresa Ribera, no le ha quedado más remedio que lanzar un proyecto ómnibus que va a reducir las exigencias ambientales a las empresas del viejo continente para que puedan competir mejor con EEUU y China. Ribera se ha apresurado a decir que esta medida “no socava los objetivos verdes” pero pretende reducir la burocracia del 80% de las compañías europeas.
Esta decisión, esperada y reclamada por las empresas, puede suponer un ahorro anual en costes para las firmas europeas de más de 6.300 millones de euros anuales. Lo que cabe preguntarse ahora es si este exceso de burocracia no podría haberse evitado antes para conseguir una transición no sólo limpia, sino justa y competitiva, como reclama la propia denominación de la cartera de la comisaria Ribera.
Está claro que la situación actual requiere de acciones urgentes como esta para intentar defender nuestra economía y nuestra industria de una competencia que no juega tan limpio, al menos en los estándares exigidos de respeto al medio ambiente.
El pacto Green Industrial Deal pretende abordar aspectos tan claves para las compañías como los costes energéticos
Sin embargo, también esta claro que Europa no puede caer en la tentación de volver a estándares industriales pasados y trasnochados y la UE lo dejó muy claro acompañando a este paquete ómnibus de medidas un nuevo Green Industrial Deal, un pacto por la competitividad, la innovación y la descarbonización de las industrias europeas respaldado por más de 400 lideres empresariales del continente.
Este pacto pretende abordar aspectos tan claves para las compañías como los costes energéticos. En la actualidad una empresa europea paga el doble en su factura energética que una China y también mucho más que una estadounidense. La reducción de estos costes pasa por un descenso en la dependencia de los combustibles fósiles, en su gran mayoría importados de otros continentes, y por el incremento exponencial de las energías renovables.
Ser más competitivos energéticamente pasa obligatoriamente por ser más autosuficientes con este tipo de recursos no contaminantes. El nuevo pacto abordará también otros temas cruciales como la circularidad y acceso a los materiales a través de organismos mancomunados que permita unos suministros más eficientes.
Europa está activando un plan urgente para garantizar que la producción industrial siga aflojando las cargas burocráticas
Como dice la presidenta Ursula Von der Leyen, “Europa no es solo un continente de innovación industrial, sino también uno de producción industrial” y lo que está activando ahora Europa es un plan urgente para garantizar que esa producción siga aflojando las cargas burocráticas, pero, a su vez, manteniendo el objetivo inicial de descarbonización de la economía porque es en este objetivo y en nuestra capacidad de innovación donde de verdad vamos a obtener una ventaja competitiva frente a las otras 2 grandes potencias económicas mundiales.
La batalla por nuestras empresas se libra en Europa pero también en Euskadi. La presentación este pasado lunes de la Alianza Financiera Vasca que reúne a Gobierno Vasco con las principales instituciones financieras de la CAPV pretende inyectar a la industria de los tres territorios más de 4.000 millones de euros para afrontar esta complicada travesía del desierto.
Esta es, sin duda, una apuesta necesaria pero que deberá seguir las directrices marcadas en el Green Industrial Deal europeo si queremos que nuestra industria se modernice y no pierda ni abandone el tren de la descarbonización. La colaboración público-privada es esencial para que esta propuesta llegue a buen puerto. Lo hemos visto en el proceso para garantizar que Talgo permanezca en Euskadi con la oferta de Jainaga.
Tenemos que ayudar a que el sector de la automoción y la industria aumenten su competitividad
Los principales sectores de la industria vasca están pasando por situaciones y escenarios internacionales muy delicados, caso de la automoción o de la industria pesada, no es de extrañar que la propia UE los haya elegido para centrar en ellos los primeros planes de acción de este Pacto por la Industria Limpia que se presentarán este mes de marzo y en primavera respectivamente. Tenemos que ayudar a que estos sectores aumenten su competitividad y, además, tenemos que pensar en una estrategia más a largo plazo y pensar en nuevos sectores que nos permitan repartir nuestros “huevos” en más cestas.
Creo que las batallas se ganan más por estrategia que por fuerza. Tenemos una carrera de fondo en la que no podemos olvidar nuestra estrategia de descarbonización, lo contrario sería un error de bulto que pagarían las generaciones futuras. No olvidemos este escenario internacional tan complicado para la industria y la economía vasca y tengámoslo presente a la hora de abordar los problemas que van a llegar con toda probabilidad en los próximos meses.
La batalla por nuestra industria se libra en muchos escenarios: políticos, sindicales, sociales, energéticos, etc. Lo que hagamos en cada uno de ellos incide directamente en el futuro de este país. Rememos juntos en la misma dirección.