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Sí, lo he vuelto a oír. Yo no soy ni machista ni feminista, prefiero a las femeninas que a las feministas, ya estamos con la p**a igualdad, es que ahora se molestan por todo, solo por mirar te meten en la cárcel, ¿cómo voy a ser yo machista si tengo madre e hijas?, ¿día de la mujer? Y, ¿cuándo es el del hombre? Etc, etc, etc. 

Todas esas frases, que a muchas nos suenan tremendamente antiguas porque llevamos escuchándolas muchos años, tienen plena vigencia en el año 2025. Esta semana en la que empresas, instituciones, organizaciones, asociaciones y todo aquello que concentre a un grupo de personas, lanzan mensajes en favor de la igualdad es la semana en la que, en tono de broma pero muy en serio, volveremos a oír todas esas frases casposas.

Y comprobaremos que el ejercicio de feminism washing vuelve a ser utilizado como estrategia de marketing para que las empresas y las marcas se presenten como defensoras de la igualdad y el feminismo mientras siguen sin respaldar políticas activas en favor de las mujeres o incluso continúan perjudicándolas cuando no impulsan la igualdad salarial, las medidas de conciliación para que puedan ejercer su maternidad, en el caso de que lo deseen, o el fin de la parcialidad en sus contratos, entre otras cosas.

Harán campañas, gastarán dinero en hacer público su apoyo a la igualdad y pintarán su logo de morado, pero si el 9 de mayo el techo de cristal sigue sin romperse para nosotras y los pasillos por los que podemos avanzar siguen siendo más estrechos que los que sirven a los hombres para hacerlo, estaremos en las mismas. 

Charlando un día sobre la autodefensa feminista con Maitena Monroy, autora de un manual sobre esa autodefensa que nos aclara punto por punto las distintas caras de la violencia ejercida contra las mujeres, me decía que una forma de protegerse frente a esos condescendientes, más conocidos como “señoros”, que van de aliados pero utilizan esas frases que señalaba al principio de este artículo, una forma de protegerse, decía, es contar hasta diez y no iniciar un debate estéril que solo va a servir para que afiancen sus posiciones con sus propios sesgos de confirmación.

La defensa feminista es muy necesaria pero agotadora

Pasados esos diez minutos, lo suyo es recomendarles varias lecturas feministas y pedirles volver a hablar del tema cuando lo hayan interiorizado. Proponía Maitena esta estrategia después de comprobar, como hemos hecho muchas, que la defensa feminista es muy necesaria pero agotadora. Sobre todo porque quienes defienden que no son ni machistas ni feministas, por ejemplo, no solo tienen una idea equivocada de lo que propone el movimiento feminista sino que no están dispuestos a aceptar sus posicionamientos porque suponen, sí, una pérdida de privilegios.

Eso es lo que han tenido y siguen teniendo sobre nosotras, privilegios, y dejar de tenerlos es perder poder, sentirse más débiles y confundir el machismo con el feminismo. Es de parvulitos. Es imprescindible asumir que decir que no son machista y tampoco feministas es reconocer que no avalan las actitudes de dominio masculino pero que tampoco quieren igualdad entre hombres y mujeres. Porque eso es el feminismo, ni más ni menos, un movimiento social, político y cultural que promueve la igualdad con una agenda política necesaria para lograrla. ¿Algo que objetar a una definición sencilla y directa de cuál es la diferencia entre una cosa y otra? Si hay objeciones será simple y llanamente porque quien las plantea se siente amenazado. 

Si lo de la igualdad te parece que está yendo demasiado lejos o si crees que no es necesario un día de la mujer porque hay igualdad plena, eres machista

Y claro que puedes ser machista teniendo mujer e hijas. Si ejerces sobre ellas ese dominio que caracteriza a esa actitud, eres machista. Si lo de la igualdad te parece que está yendo demasiado lejos, eres machista, si crees que no es necesario un día de la mujer porque en este país la igualdad es plena mejor te das una vuelta por las estadísticas de brecha salarial, de infrarrepresentación en los órganos de poder, de falta de conciliación, de pobreza con cara de mujer, de precariedad laboral, del tiempo que unas y otros pasamos cuidando, organizando el hogar, atendiendo a niños y mayores…. La lista es casi interminable. El día del hombre, que algunos siguen reclamando, lleva toda la vida celebrándose a diario. 

¿Y qué dicen los jóvenes de todo esto? Pues sorprendentemente los chicos vascos se alinean mayoritariamente con posiciones machistas que reproducen la masculinidad hegemónica tradicional. Son curiosamente los más jóvenes, de entre 15 y 19 años, los que más amenazados por las mujeres se sienten y más dentro de la “caja de la masculinidad” están.

Por suerte, según vamos avanzando en edad, solo el 1,6% de los hombres vascos se encuentran dentro de la "caja de la masculinidad" aunque al borde

Hablamos de un concepto que explica el grado de cercanía en relación con la visión más tradicional y conservadora de la masculinidad. Por suerte, según vamos avanzando en edad, solo el 1,6% de los hombres vascos se encuentran dentro de esa caja aunque al borde, es decir, sin estar de acuerdo con la masculinidad tradicional pero sin incorporarse a la masculinidad igualitaria; ahí están el 37% de los vascos. Hay trabajo por hacer aún, especialmente entre unos chicos que está naturalizando roles de género mostrando nostalgia por un pasado que sienten les ha robado el feminismo. 

El 8 de marzo de 2025 llega en un momento en el que muchos quieren hacer luz de gas sobre el feminismo negando su postulado principal de igualdad y negando incluso la existencia de la violencia machista. Por todo esto tenemos que seguir lanzando mensajes de igualdad en todos los foros a los que tengamos acceso y saliendo a las calles el próximo sábado a gritar que el mundo será feminista o no será.