Pello Otxandiano y José Ignacio Zudaire

Pello Otxandiano y José Ignacio Zudaire X

Opinión

De rectificaciones y jardines en los que es mejor no entrar

Bildu da un giro en su política energética y busca una transición renovable

Más información: Tres décadas de liderazgo

Publicada

Si hace sólo unos años, o incluso hace unos meses, a cualquier periodista le dicen que va a cubrir una visita de una representación oficial de Bildu a la refinería de Petronor hubiera pensado que le estaban tomando el pelo o que era una convocatoria para el 28 de diciembre. Cosas veredes, amigo Sancho, eso que hasta hace bien poco era inverosímil se ha convertido en una realidad en plena hoja de ruta de la coalición abertzale para conquistar votos en feudos tradicionales del PNV y garantizar el ansiado “sorpasso.

Si llamativa ha sido la imagen de Pello Otxandiano paseando por las instalaciones de Muskiz de la mano del adjunto al CEO de la compañía filial de Repsol, José Ignacio Zudaire, más sorprendente aún han sido las declaraciones realizadas en la mayor instalación de combustibles fósiles de Euskadi.

Desde Bildu, defienden un sistema energético vasco 100 % renovable basado en la electrificación y con el hidrógeno verde, que impulsa la firma vizcaína, sólo para cuestiones puntuales. Estas afirmaciones llegan poco después de que 3 concejales abertzales de la pequeña localidad alavesa de Arratzua-Ubarrundia hayan presentado la dimisión porque desde el Ayuntamiento no ha conseguido frenar la instalación de  un parque solar.

Ya hemos repetido varias veces en esta columna que la producción de energía renovable en Euskadi no llega en la actualidad a un 20%, siendo una de las comunidades con la cifra más baja. Hay muchas circunstancias que explican esta bajísima cifra actual pero, sin duda, una de ellas ha sido la fuerte oposición social a la construcción de nuevos parques eólicos y solares de una parte de la sociedad, y en la mayoría de las ocasiones Bildu, en particular, y la izquierda abertzale, en general, han estado detrás de este rechazo frontal.

Bildu ha comenzado un viraje de 180 grados en su política energética que les va a suponer importantes fricciones y descuentos con sus bases

Creo que los nuevos dirigentes del partido de Otegi son conscientes de que para conseguir que el 100% de la energía que se consuma en Euskadi sea renovable es necesario instalar grandes parques eólicos y solares y redimensionar la red eléctrica vasca. Precisamente, por eso, han comenzado un viraje de 180 grados en su política energética que les va a suponer importantes fricciones y desencuentros con sus bases.    

Rectificar es de sabios y si, además, el que lo hace es uno de los partidos que mejor domina la construcción de relatos comunicativos que le ayuden a vender sus nuevas posiciones, el éxito está asegurado. El primer axioma es el de unir soberanía energética con soberanía política, para Bildu la segunda es imposible sin la primera con lo que ya tienen una excusa más para  justificar este giro copernicano y enmarcarlo en su hoja de ruta hacia la independencia.

En este relato hay otro concepto que nunca falla, el de pacto. Bildu aboga por un pacto social amplio por la transición energética al que se puedan sumar todos los agentes, desde los partidos hasta las propias empresas o los agentes sociales, entre otros. 

Va siendo hora de que se ratifique de una vez el PTS de renovables y recuperemos un camino perdido que está dañando nuestra economía, nuestra salud y nuestro entorno

Esperemos que este cambio de postura del principal partido de la oposición ayude, de verdad, a impulsar una transición energética que en Euskadi está muy retrasada. Va siendo hora de que se ratifique de una vez el Plan Territorial Sectorial (PTS) de renovables y recuperemos un camino perdido que está dañando nuestra economía, nuestra salud y nuestro entorno. Vamos a ver como se van moviendo los diferentes agentes y cual va a ser la posición de las numerosas plataformas vecinales, muchas de las cuales han sido impulsadas directa o indirectamente por la izquierda abertzale.

Y ya que hablamos de transición ecológica y la importancia de reducir las emisiones de C02, es curioso comprobar otras contradicciones, en esta ocasión nada más y nada menos que del lehendakari, Pradales.

Creo que le hemos escuchado en repetidas ocasiones posicionarse a favor de la lucha contra el cambio climático y la necesidad de descarbonizar nuestras industrias pero parece ser que prefiere alternativas más caras y con mayor coste ambiental para la principal infraestructura ferroviaria que se está construyendo en este país: la Y vasca y su conexión con Pamplona.

Les confieso que estoy estupefacto con esta frase de una entrevista suya de este fin de semana con el grupo Vocento: “Si cogemos el mapa de Euskadi mirado desde arriba y nos abstraemos de la orografía, es bastante obvio cuál es la mejor conexión”, aludiendo a su preferencia por la alternativa de Ezkio.

Creo que Imanol Pradales se ha metido en un jardín sin necesidad

¿Podemos pensar en infraestructuras en este país abstrayéndonos de nuestra orografía? ¿Qué pasa con la sostenibilidad medioambiental y económica? Sinceramente, creo que Imanol Pradales se ha metido en un jardín sin ninguna necesidad, cuando era mucho más fácil esperar a lo que digan los informes técnicos.

Ser coherente no es fácil, tampoco contentar a los diferentes territorios, pero creo que tenemos que tener claro cual es nuestra visión de país y si lo que queremos es ser más sostenibles, el impacto ambiental y económico deben ser determinantes en todos los nuevos proyectos.

Esperemos a ver que dicen los últimos informes técnicos sobre esta conexión con Navarra y mientras será mejor que dediquemos nuestros esfuerzos a acelerar la llegada del TAV a la estaciones vascas, que todavía queda mucho trabajo por hacer.