La semana pasada terminaba con la celebración, el 24 de octubre, del Día Internacional contra el cambio climático, una llamada de atención, de nuevo, a la necesidad de transformar nuestro sistema productivo y nuestra vida diaria para evitar las nefastas consecuencias que está teniendo ya el imparable incremento de la temperatura del planeta.
Ese mismo día, se clausuraba en Santiago de Compostela la primera edición del Atlantic Green Hub, un evento pionero impulsado por Aclima y Viratec, los clústeres medioambientales de Euskadi y Galicia, para impulsar la transición ecológica pendiente de todas las empresas y, de esta manera, también incrementar su competitividad.
No es un secreto ya para nadie que la mitigación y, sobre todo, la adaptación al cambio climático es urgente y requiere de la aportación de medidas desde todos los sectores, el económico, nuestra forma de producir, es uno de los que más deberes tiene que hacer. Europa lo sabe y por eso, este mismo año ha lanzado su Clean Industrial Deal, más de 100.000 millones de euros para transformar nuestra industria.
Euskadi y Galicia se han unido para visualizar la importancia de las soluciones sostenibles para potenciar una nueva industria baja en carbono
Por este motivo, es especialmente interesante que los 2 clústeres medioambientales de dos territorios del Arco Atlántico como Euskadi y Galicia decidan unirse para visualizar la importancia de las soluciones sostenibles para potenciar una nueva industria baja en carbono y, sobre todo, para demostrar que acelerar este camino puede incrementar exponencialmente la competitividad de las empresas.
No corren buenos tiempos para la lucha contra el cambio climático a nivel mundial a escasos días de que comience la COP30, que se celebrará este mes de noviembre en Brasil. Tanto es así que la UE, que acaba de definir su postura ante este encuentro, tenía que volver a insistir en recordar a todos los países participantes la obligatoriedad de renovar sus compromisos para limitar el calentamiento global a 1,5 grados.
La irrupción de la doctrina Trump en la geopolítica mundial ha hecho que vuelvan a entrar en escena aspectos que ya se consideraban superados, como la explotación de combustibles fósiles, y su influencia es evidente en una nueva corriente que trata de rebajar las exigencias medioambientales alegando su impacto sobre la economía y el crecimiento.
Europa no puede sucumbir a este nuevo escenario, debe seguir demostrando que medio ambiente y economía es un binomio posible que, lejos de lastrar el crecimiento, supone una oportunidad para aumentar la competitividad de los territorios y por supuesto de las empresas.
Sostenibilidad y competitividad van de la mano y de que los territorios y las empresas que aceleren este camino van a liderar la economía del futuro
En Euskadi esto se demuestra con cifras y hechos, tal y como hizo el viceconsejero de Medio Ambiente de Gobierno Vasco, Josu Bilbao, en la inauguración del Atlantic Green Hub de Santiago. El recién publicado inventario vasco de gases efecto invernadero subraya que, desde 2005, la CAPV ha reducido un 38% sus emisiones y en ese mismo período su PIB se ha incrementado en más de un 30%. No cabe duda de que sostenibilidad y competitividad van de la mano y de que los territorios y las empresas que aceleren este camino van a liderar la economía del futuro.
Es verdad que todavía queda mucho por hacer para alcanzar esa ansiada neutralidad climática para 2050, pero también es verdad que tenemos un potente sector medioambiental en Euskadi que puede ser el motor y la palanca que ayude al resto de industrias a realizar su particular transición ecológica para conseguir una economía circular y descarbonizada. Sus firmas facturan ya más de 3.125 millones de euros cada año y generan casi 12.000 empleos directos.
Unir la potencia y liderazgo de este sector medioambiental vasco con el potencial emergente de las empresas gallegas del sector demuestra la visión de futuro de un clúster como Aclima, que acaba de cumplir 30 años y que fue uno de los pioneros en España.
La semana pasada, en el corazón de Galicia, se dio un paso de gigante en esta línea firmando una primera adhesión a una Agenda Verde del Eje Atlántico a la que también se ha unido Cantabria
Eventos como Atlantic Green Hub y acuerdos como el suscrito entre Aclima y Viratec muestran el enorme poder de la colaboración y suman un hito más para transformar el Corredor Atlántico en una macrorregión europea que pueda posicionarse como líder en la transición ecológica de su industria. Josu Bilbao, señalaba en Santiago que, “la colaboración interregional es uno de los pilares de la acción ambiental vasca” y la semana pasada, en el corazón de Galicia, se ha dado un paso de gigante en esta línea firmando una primera adhesión a una Agenda Verde del Eje Atlántico a la que también se ha unido Cantabria.
La segunda edición de este Atlantic Green Hub se celebrará en 2026 en Euskadi y estoy seguro de que para entonces ya se habrán sumado más territorios y empresas a este esfuerzo común para acelerar una transición pendiente, que puede convertirse en una oportunidad de oro para revitalizar nuestra economía a la vez que reducimos nuestras emisiones y nuestro impacto ambiental. El objetivo es contribuir a que no se sobrepase la cifra de 1,5 grados de aumento de la temperatura mundial.
Por si sirve a los que todavía no lo tienen claro, Europa ha fijado estas prioridades en la postura común que defenderá en noviembre en la COP30: eficiencia de costes, competitividad de la economía europea e incremento de la protección ambiental.
Creo firmemente que la aceleración de la transición ecológica, especialmente en la industria, puede ser un eje central para activar el Corredor Atlántico como una macrorregión con peso en la UE. Sigamos trabajando para que este objetivo sea una realidad y para sumar más agentes que impulsen esta visión lanzada desde Aclima y Viratec.
