Lleva 35 años en el mundo de la música, ha publicado 29 discos y se ha reinventado. Hizo vibrar a millones de personas en Duncan Dhu y continúa haciéndolo en auditorios más pequeños, más emocionales. Decidió voluntariamente bajar de Primera División y obtener el prestigio y el respaldo que quería en categorías más pequeñas pero más reconocidas. El hombre tímido y vergonzoso que es Mikel Erentxun se ha desnudado en sus tres últimos álbumes, una trilogía que repasa su cambio de vida tras sufrir una insuficiencia cardiaca, su crisis de pareja y su nueva mirada optimista ante la vida.
Enamorado de San Sebastián, a este donostiarra le ha servido el confinamiento para reencontrarse con sus cinco hijos, para asomarse a las redes sociales y ofrecer conciertos en directo y para trabajar en “Amigos de guardia”, un trabajo que verá la luz en septiembre 2021.
Hablamos con Mikel de lo humano y también de lo divino.
Mikel, ¿cómo estás? Esta ya se ha convertido en una pregunta que antes se lanzaba en genérico y ahora se lanza en sentido pandémico.
Sí sí, es cierto y es bueno que comencemos a preocuparnos por los demás más allá de un formulismo. Yo estoy bien, el virus no me ha atacado ni a mí ni a mi gente cercana y ahora estoy feliz con la vacuna. Cómo todos, ya veo más cerca el final de todo esto.
Tienes ya cierta sensación de normalidad o crees que debemos ser prudentes.
No no, nada de normalidad. Igual cuando llegue el siguiente otoño/invierno la tenemos pero de momento hay que seguir siendo muy prudentes. No estamos en una fase de normalidad. Los conciertos que hay son pocos, en formato pequeño, con mascarilla… Sí que es cierto que miras a tus padres, a tus abuelos y están vacunados y se respira más seguridad o tranquilidad pero hay que tener cuidado.
Ya que citas los conciertos. Me cuentan otros artistas que son mucho más emotivos que antes, que el público se emociona más, llora…
Si sí, estamos ofreciendo conciertos en lugares donde antes no actuábamos, más pequeños, más cercanos y ves que la gente va con mucha más emoción. Yo incluso adapto los temas que interpreto a esta nueva situación, ofrezco temas más profundos, más reflexivos y la gente se para a escuchar las letras de otra manera. A mi me gusta mucho esta forma de relacionarme con el público.
El confinamiento me sirvió para acercarme más a mí familia. Antes el día grande era el del concierto, ahora es aquel que disfruto con mis hijos
Tú ya habías iniciado un cambio en tu trayectoria. Pasaste de sonar en radio fórmulas a sonar en radios especializadas, de dar conciertos multitudinarios o hacerlos en formato pequeño.
Yo ya había iniciado ese cambio hace tiempo. En el 2008 di un concierto en el Victoria Eugenia que marcó el fin de una etapa. Dejé de torear en plazas grandes para centrarme en otros espacios, deje de sonar para el gran público y me pasé voluntariamente a la “segunda división”. Es ahí donde he encontrado un gran reconocimiento como artista tanto por parte del público como de la crítica. No podría a día de hoy seguir cantando “Cien gaviotas”. El cambio fue muy brusco, un choque total, otro tipo de público pero creo que fue una elección acertada que me ha llevado al lugar al que quería llegar.
Me gusta mucho ese símil futbolístico de “bajar de categoría”.
Si sí. Hoy la primera división de la música no tiene muy buen respaldo por parte de la crítica. Es un tipo de música que no me interesa la que se hace ahí. Yo me encuentro mucho mejor ahora, haciendo lo que quiero auqneu en su momento me lo desaconsejase incluso la casa de disco. Pero aposté por mí y hago ahora cosas mucho mejores que antes. Incluso he sido nominado por dos veces a los Grammis latinos.
Se te conoce como un hombre muy tímido, vergonzoso, y sin embargo tus tres últimos trabajos han servido para que te desnudes, para que cuentes cosas muy personales. Son trabajos autobiográficos.
Llevo tres discos muy personales, con muchos nexos comunes. Son grabaciones muy artesanales en las que yo toco todos los instrumentos. El primero, corazones, se habla de mi paso por el hospital al sufrir una insuficiencia cardiaca, el segundo, El hombre sin sombra, habla de una crisis de pareja muy importante que pasé y que afortunadamente ya está superada y el tercero, El último vuelo del hombre bala, es mucho más optimista y habla del paso del tiempo y las segundas oportunidades.
Decidí bajar de Primera División y militar en una categoría inferior pero más prestigiosa y reconocida
No es muy habitual que se hagan trilogías en el mundo de la música aunque sí en la literatura. Yo creo que es tu alma de arquitecto, que es tu profesión por mucho que nunca la hayas ejercido, la que te llevó a construirla.
Fue cuando estábamos con el segundo disco cuando me di cuenta de que quería hacer una trilogía. No pensaba hacerla pero ver cómo se iban hilando los temas y la vida me dio las claves para hacerla. No fue premeditado pero salió así.
Decíamos que “Corazones” llegó en un momento crítico de tu vida. Tuviste una insuficiencia cardiaca y eso cambia todo en la vida.
Totalmente. Todo lo que voy a decir suela a tópico pero es así. Mi vida cambió de verdad, el orden de prioridades. Empecé a valorar otras cosas. Antes mi día bueno e importante era el día de concierto pero ahora un gran día es el que estoy con mis hijos viendo una peli en casa, bañando a la niña pequeña o llevándole al colegio. Son cosas que antes estaban ahí pero que yo no valoraba.
Hijos en cantidad, nada menos que cinco. Aitor , Claudia, Siena, Mael y Dakota. De todos solo Mael quiere seguir tus pasos y dedicarse a la música.
Los mayores no siguieron mi vocación artística porque son ingeniero y arquitecta. A Siena tampoco le gusta cantar. A Mael le gusta pero creo que la que más cerca va a estar va a ser Dakota que quiere ser pastelera pero igual le hago cambiar de idea.
La insuficiencia cardiaca me hizo cambiar totalmente el orden de mis prioridades
¿Te has arrepentido alguna vez de haberte desnudado tanto delante de la gente a través de tus canciones?
No no, son canciones muy bien construidas que cuentan una historia vivida y real. Mi enfermedad, el desamor… son cosas que han pasado y cantarlas y contarlas me ha servido para crecer profesionalmente.
“Amigos de guardia”, un nuevo trabajo que llegará en septiembre 2021 y en el que te has rodeado de muchos amigos: Leiva, Amaral, Calamaro, Amaia, Bumbury, Quique González…
Ha sido muy importante contar con amigos que siempre están ahí. He recogido las canciones más importantes de estos últimos 35 años, tanto de Duncan Dhu como de mi carrera en solitario. Lo hemos tenido que grabar de otra manera, en estudio aunque queríamos haberlo hecho en directo, y con una serie de cambios importantes pero que no han impedido que salgamos con todos esos amigos importantes.
Vamos a las redes sociales. Durante el confinamiento tuvimos la suerte de poder escucharte casi a diario en vivo y en directo. ¿De qué te sirvió todo eso?
Pues la verdad es que me salvó la vida. Tuve un par de meses muy duros en los que no quería hacer nada, estaba todo el día hecho una piltrafa en pijama o en chándal y tenía que tomar orfidal para dormir. Pero empecé a hacer esos mini conciertos en directo, a cantar incluso con mi hija, a convertir la casa en una sala en la que mis hijos participaban de mi trabajo y todo fue mejor. Fue bonito, divertido y ahora, viéndolo con perspectiva, el confinamiento me vino hasta bien. Como unidad familiar nos vino muy bien porque nos unió mucho. Nos obligaron a estar juntos y el resultado ha sido bueno. Llevábamos años sin ver una película juntos y ahora lo hacemos.
Tuve un par de meses muy duros, estaba todo el día hecho una piltrafa, en pijama y tomando orfidal para dormir
El mundo de la cultura. ¿Cómo ha respondido a las limitaciones?
El mundo de la música está muy tocado. Son casi dos años y la gente ve solo las caras visibles como la mía pero detrás hay todo un mundo, desde los conductores de las furgonetas que nos llevan a los conciertos, los que venden cuerdas de guitarra… No estamos tan unidos como los actores por ejemplo.
¿Te gusta la música que se hace hoy y que suena en la radio?
Pues la verdad es que no me gusta nada el trap o el reguetón que es lo que más se escucha pero no voy a criticarla. Antes sí lo hacía pero desde que pensé que a Elvis le criticaban y muchos quemaban sus discos decidí que simplemente no me gusta lo que se hace hoy, sin melodías ni estructuras nuevas, pero que con no escucharlo basta.
Donosti, tu ciudad, también está muy presente en tu música. De hecho creo que tienes una canción muy especial que aún no ha visto la luz que habla de San Sebastian.
Es una canción que compuse para “El último vuelo del hombre bala” pero que no entró porque era demasiado larga, tanto como ocho minutos de canción. Igual la saco en forma de EP o no lo sé pero saldrá algo con todas las canciones que se van quedando fuera de los discos.