El responsable de Política Institucional del PNV, Koldo Mediavilla, ha afirmado que "acabar con el régimen" dándole los votos favorables es como pretender matar un cerdo a besos" y ha sostenido que "a nadie se le escapa que el insólito voto favorable" de EH Bildu a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) habrá tenido "una contrapartida concreta, aunque no se haya explicitado".

En un artículo publicado en su blog, el dirigente jeltzale se ha referido al apoyo de EH Bildu a los  PGE anunciado esta semana por Arnaldo Otegi y las afirmaciones del parlamentario Arkaitz Rodríguez de que EH Bildu va "a Madrid a tumbar definitivamente el régimen". En este sentido, Mediavilla advierte de la "contradicción histórica" de la izquierda abertzale con su "nuevo giro político en Madrid" y subraya que, durante años, "los predecesores de Rodríguez" acusaron a los demás de "venderse a España, de españolizarse o de hacer negocio como consecuencia de las alianzas o apoyos puntuales mantenidos a diversos ejecutivos estatales".

"Templar nervios"

 

En esta línea, Mediavilla señala que "acabar con el régimen, con el Estado, dándole los votos favorables es como pretender matar un cerdo a besos". Por ello, cree que el secretario general de Sortu debería "templar el nervio antes de manifestarse" y considera que quizá "la convulsa situación de su masa social le lleve a este paroxismo" .

"Estamos a punto de asistir a un momento único en política. El instante en el que una formación cuyas raíces se anclaban en la confrontación con el Estado decide apoyar, por primera vez en la historia, los presupuestos generales del Gobierno español. Sí, aunque a Arkaitz Rodríguez no le guste, el Gobierno del mismo Estado opresor español que juraron durante decenios destruir -incluso por vías cruentas-", añade en el artículo del blog recogido por Europa Press.

Para el representante del PNV, la decisión de EH Bildu de tratar de poner en valor su presencia en Madrid no es un hecho menor que, "más allá del 'escozor' del dirigente de Sortu, debe ser reconocido públicamente y sin matices". "La sociedad vasca, los electores y todo el mundo llevábamos clamando tiempo para que la izquierda independentista normalizara su modo de participar en la política. La agitación y la propaganda ha sido tradicionalmente su campo de juego, pero más allá de la retórica o de la actividad de campanario, los herederos de Herri Batasuna necesitaban cruzar su rubicón particular y mojarse, si pretendían de verdad sacar sus castañas del fuego", defiende.

Contrapartida sin explicar

 

Asimismo, advierte de que "a nadie se le escapa que el insólito voto favorable de EH Bildu al presupuesto español habrá tenido una contrapartida concreta, aunque no se haya explicitado". "No es difícil imaginarse el ámbito de negociación en el que habrán transcurrido los contactos. Tampoco las partes en cuestión han buscado una foto que selle su compromiso. Quizá una instantánea les penalizaría más que otra cosa. Y es que, en ambos territorios hay sectores reactivos al acuerdo", afirma, para añadir que "lo importante, más allá de la publicidad, es el resultado de la transacción".

Para Mediavilla, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, necesitaba ampliar la base parlamentaria de su gobierno, y la izquierda abertzale se veía "obligada a aliviar la ansiedad de quienes vuelven a preparar la tradicional manifestación de enero para no olvidarse de sus activistas presos".

Por todo ello, cree que nada puede reprochárseles en este pacto a ambas partes, pero "siendo así, más le valdría a Rodríguez admitirlo y no camuflarlo con bravatas como lo de 'tumbar el régimen'".

"La acción política, aquí o en Madrid, debe tener un sustrato fundamental; la búsqueda del bien común... cuando el sentido de la responsabilidad es auténtico, esa búsqueda del bien común debería imperar en todas partes. Allí, pero también aquí. Así que esperamos que EH Bildu demuestre si su voluntad es auténtica y obre con el mismo criterio de responsabilidad con el que se ha manifestado en España", concluye.