La llegada del tren de alta velocidad (TAV) a Euskadi sigue cociéndose a fuego lento. La anterior consejera de Transportes del Gobierno vasco, Arantxa Tapia, mantuvo durante mucho tiempo junto al ministro José Luis Abalos la fecha de 2023 para alumbrar el paso del TAV por la Y vasca. Sin embargo, al actual consejero vasco de Transportes, el socialista Iñaki Arriola, ha expresado sus dudas sobre este plazo y estima que el soterramiento de la estación de Vitoria no estará culminado antes de 2026.
Este lunes tendrá lugar una reunión en Madrid de alto nivel con el secretario de Estado, Pedro Saura, para ver cómo van las cosas y, quizá, fijar nuevos plazos más realistas. A la cita audirán el propio consejero Iñaki Arriola, el alcalde de Vitoria Gorka Urtaran y el diputado general de Álava Ramiro González. En todo caso, aún no se ha completado el estudio medioambiental indispensable para dar comienzo a las obras de soterramiento. Y parece que va para largo. De ahí que Arriola hable ya de "soluciones provisionales" para el paso del TAV por Euskadi.
Estas soluciones podrían pasar por desligar la construcción de las estaciones soterradas, y los correspondientes túneles, del paso del tren por Vitoria. Así, los nuevos vagones podrían transcurrir por la superficie mientras se da tiempo parta completar el proceso del soterramiento acordado por el PNV primero con Mariano Rajoy y más tarde con Pedro Sánchez.
También estará sobre la mesa el tema de la financiación. La última estimación del coste de las obras se sitúa en 720 millones de euros, de los que Vitoria tendría que asumir un 15% de unos 400 millones. El resto del montante global corresponde al denominado nudo de Arkaute, que lo pagará ADIF (Administrador de infraestructuras ferroviarias) aunque esta obra está incluida en el mismo proyecto que el soterramiento de Vitoria. Eso sí, el consejero Arriola todavía no ha ratificado las cifras y el alcalde Urtaran ya ha expresado en ese sentido que su intención es sufragar gran parte de esta cantidad con la venta del suelo liberado por el propio soterramiento para edificar unas 1.500 viviendas.