Los retrasos de la alta velocidad ferroviaria afectan de lleno al País Vasco, la línea que une Valladolid con Burgos que iba a entrar en funcionamiento este verano no lo hará hasta el año que viene. La conexión que iba a permitir acortar en más de media el viaje desde Euskadi a Madrid seguirá sin abrirse al tráfico porque las pruebas del sistema de seguridad ERTMS deberán prolongarse durante todo el 2021. Este sistema afecta al mando y control de trenes unificado por la Unión Europea para establecer comunicación entre los trenes, las vías y las estaciones. Este nuevo retraso se suma a los generados por los problemas en el túnel de Estépar y en puente del Arlanzón, que retrasaron varios meses la realización de las pruebas el año pasado. Así las cosas, el viaje en tren desde Vitoria hacia Madrid seguirá desarrollándose por vía convencional hasta llegar a Valladolid, donde los trenes podrían alcanzar una velocidad media por encima de los 220 kilómetros por hora.
Tal y como han confirmado fuentes de Adif a ´Crónica Vasca´ este retraso afecta a los 95 km de vía rápida entre el nudo ferroviario de Venta de Baños (Valladolid) y la ciudad de Burgos. Se trata de un tramo en el que los conductores de las locomotoras han ido realizando varios viajes para conocer el trayecto y testar los sistemas de seguridad que envían información desde la vía al vehículo ferroviario. Tras esas primeras pruebas, los retrasos se han generado ahora con el sistema ERTMS que unifica la información del posicionamiento del tren con las estaciones y lo centraliza en un sistema común europeo.
Talgo ha empleado la vía para probar su nuevo tren de alta velocidad
El trazado y el firme, en principio, no presenta ningún problema ya que, además de las pruebas realizadas por Adif, Talgo ha utilizado esa vía para probar su nuevo tren de alta velocidad, Avril. La constructora ferroviaria acaba de lanzar este modelo, un vehículo que se ha diseñado específicamente para resaltar elementos competitivos frente al tren de Alstom y que se ha probado sin problemas en esa vía destinada a la alta velocidad.
La conexión con la Alta Velocidad vasca, asignatura pendiente
Pero la clave para terminar de unir la alta velocidad con la “Y vasca” está todavía muy lejos de verse hecha realidad. El tramo que unirá Burgos con Vitoria está todavía en estudio. Más de 90 kilómetros que, además, deben afrontar una orografía francamente compleja, como el paso de Pancorbo. El proyecto se encuentra todavía pendiente de las autorizaciones de Medio Ambiente. Luego serán los proyectos de construcción, la ejecución y, en el fondo, la prisa no aparecerá hasta que no esté completada la “Y vasca” que dará sentido a la conexión.
Los PGE, empiezan a contemplar partidas en 2023, con 150 millones, que se elevan a 270 millones de euros en 2024. Todavía muy lejos de los más de 1.500 millones en se ha calculado el coste de la conexión de alta velocidad entre Vitoria y Burgos, el ramal clave para la conexión de la Alta Velocidad vasca con el resto del país.
Mientras tanto, los plazos para la Y vasca, según ha señalado el consejero de Transportes del Gobierno vasco, Iñaki Arriola, se trasladan a 2027 para la puesta en funcionamiento. Un calendario en el que se invertirán unos 750 millones de euros y que recientemente han revisado las instituciones vacas con el secretario de estado de Transportes, Pedro Saura, con el han acordado adelantar las obras permitiendo compatibilizarlas con el desarrollo de los estudios ambientales.