El lehendakari Urkullu llevaba bajo el brazo a la Conferencia de Presidentes un documento con una batería de estrictas medidas para intentar atajar los contagios por Covid-19, absolutamente desbocados en Euskadi, con más de 3.500 nuevos positivos hoy, y que pretendía que se extendieran a todas las comunidades con una incidencia superior a los 500 contagios por cada 100.000 habitantes. Pero solo ha conseguido el consenso para una de ellas, la mascarilla obligatoria en exteriores, que se impondrá de nuevo en las calles de todo el país en cuanto el gobierno de Sánchez apruebe el decreto a tal fin, hoy mismo.
El resto de la normativa por la que abogaba Urkullu, entre la que se encontraba por ejemplo, limitar la hostelería a las 21 horas en las vísperas de fiestas navideñas -salvo las cenas de Nochebuena o Nochevieja hasta las 23.30- prohibir el consumo de pie en los bares o limitar los aforos hosteleros, comerciales y culturales hasta finales de enero, se han metido en la cartera del lehedakari igual que salieron, y el Gobierno vasco ya ha señalado que no adoptará ninguna de ellas, pese a que tiene competencias para hacerlo.
El lehendakari se ha quejado en la Conferencia de Presidentes de que las medidas adoptadas en la conferencia son del todo "insuficientes", sobre todo para el nivel de contagios que tiene el País Vasco. Ha lamentado que las comunidades autónomas "no disponen de herramientas", pese a que todas las restricciones que propone el lehendakari en cuanto a aforos y restricciones horarias de los establecimientos hosteleros podrían aplicarse desde Euskadi con la cobertura de la emergencia sanitaria, sin necesidad de la cobertura estatal. Sin embargo, ha insistido en que "las herramientas disponibles y su cobertura jurídica son insuficientes".
Por ello, ha pedido "un acuerdo firme" en el marco de la Conferencia para "reforzar la seguridad jurídica de las medidas que podamos adoptar". "Nos permitiría, también, trasladar un mensaje de mayor confianza a la sociedad".
Sin embargo, la petición de Urkullu de regresar a las 'Navidades pasadas', repletas de restricciones de aforos y horarios de hostelería y con celebraciones más que acotadas, siguiendo la recomendación que se está haciendo desde el sector sanitario, que se encuentra completamente desbordado por la rapidez con la que se extienden los casos positivos, ha caído en saco roto.
"No estamos en 2020 y no estamos en las Navidades del año pasado", ha señalado Pedro Sánchez tras la Conferencia y ha recordado además que las comunidades tiene competencias para limitar aforos en el caso de que los consideren necesario.
Pero, pese a que Urkullu ha señalado en diversas ocasiones que si es necesario tomará medidas impopulares, parece no querer asumir en solitario el coste de dar un nuevo varapalo a la hostelería literalmente a las puertas de la Nochebuena.
"Adoptar medidas aisladas no es efectivo"
De hecho, el Gobierno vasco ha señalado al término de la reunión de presidentes que "a pesar de la experiencia de los hábitos conocidos en periodo navideño antes de la afección de la pandemia", "no adoptará, de momento y por mantener una posición común en el conjunto del Estado, nuevas medidas". "Adoptar medidas aisladas al resto de Comunidades no es efectivo", ha dicho.
No obstante, sí ha puntualizado que "seguirá analizando día a día la evolución de la pandemia por si fuera necesario impulsar nuevas medidas que proponer, sea al ámbito judicial sea al resto de Comunidades y al Gobierno español".
Urkullu se acoge a la necesidad de "unanimidad" entre todas las comunidades para poner en práctica estas las medidas, cuando ese consenso en las decisiones no se está consiguiendo ni siquiera entre los distintas capitales pueblos y ciudades vascas a la hora de decidir si habrá o no desfiles del Olentzero o cabalgatas de Reyes. De entrada en Bilbao no habrá, en Vitoria y San Sebastián sí.
También considera que al no existir una normativa estatal que lo respalde, no cuenta con una seguridad jurídica que de garantías de que sus restricciones saldrían adelante. Está claro que los hosteleros recurrirían unas limitaciones que les vuelven a poner en la picota y la experiencia del Gobierno vasco con los tribunales en el tema del Covid no ha sido precisamente la mejor.