El PNV presiona cada día con más fuerza al Gobierno de Pedro Sánchez para que ceda más transferencias al País Vasco y no duda en amenazar una y otra vez con retirar su apoyo parlamentario. Una presión que, según las fuentes consultadas por Crónica Vasca, obedece a que los peneuvistas esperaban y aún esperan que el Ejecutivo formalice dichas cesiones (o al menos anuncie la formalización) en este mismo mes, incluso antes del Alderdi Eguna (día del partido) que el PNV celebra el próximo 25 de septiembre

Si finalmente el Gobierno central anunciase o formalizase un avance en materia de competencias en las semanas venideras, los jeltzales se presentarían ante sus militantes en el citado día del partido como lo que siempre han defendido ser: el partido que más cosas consigue para los ciudadanos del País Vasco gracias a su posición determinante en el Congreso de los Diputados. 

Pese a que en las últimas semanas se ha hablado mucho sobre las dificultades jurídicas de algunas de las transferencias pendientes, en el PNV consideran que todo es cuestión de pura voluntad política. Y buscan que el Gobierno muieva ficha justo antes de uina fecha que para ellos está señalada en rojo en el calendario. Porque el próximo Alderdi Eguna, que se celebrará en las campas de Foronda el 25 de septiembre, va a ser el primer acto multitudinario de la formación desde la pandemia. Es un día más que simbólico para los jeltzales y, además, este año viene envuelto por el aroma electoral de los comicios municipales y forales de la próxima primavera.   

Una campaña clara

No por casualidad todos los portavoces jeltzales no paran de exigir estos días al Ejecutivo que ceda más transferencias si quiere mantener el apoyo del grupo vasco en el Parlamento nacional, donde Sánchez no anda sobrado de apoyos. La última en hacerlo este lunes fue Itxaso Atutxa, presidenta del PNV vizcaíno, que en una entrevista en EITB1 no dudó en reclamar un "impulso político" al propio presidente del Gobierno y afirmó que el apoyo del PNV "terminará" si no hay cambios en la materia.

Las frases de Atutxa en la televisión pública son similares a las que el propio presidente peneuvista, Andoni Ortuzar, ha pronunciado en diversas entrevistas concedidas en los últimos días. O a las que dijo hace unos días el vicehelendakari, Josu Erkoreka. La campaña del PNV es evidente. Otra cuestión es si lograrán su objetivo o no. 

De calendarios y retrasos

Como ya contó este diario la pasada semana, el enfado en el PNV con Sánchez es mayúsculo. Porque Ortuzar y sus compañeros de filas no olvidan el calendario de traspasos acordado en su día con el PSOE y después con el propio Gobierno. En el pacto de investidura firmado en diciembre de 2019 se decía que durante el año siguiente, 2020, se completarían las transferencias pendientes en el Estatuto de Gernika.

Luego, debido a la pandemia del coronavirus y a otras cuestiones, el calendario se cerró en octubre de 2020 para que casi la treintena de traspasos pendientes -todos menos la compleja cesión de la gestión de la Seguridad Social- estuvieran finiquitados en este 2022. Sin embargo, los retrasos son obvios y por ello el malestar del PNV es creciente. Por ello sus portavoces insisten en reclamar las transferencias a un Sánchez que les necesita.