Odón Elorza (San Sebastián, 1955) sorprendió a propios y extraños cuando anunció su candidatura a las primarias del PSE para volver a ser candidato a la alcaldía en la que ya estuvo durante veinte años. Algunos creían que ni siquiera lograría los avales necesarios para competir contra Marisol Garmendia. La realidad es que los consiguió y, tal y como demuestra en esta entrevista con 'Crónica Vasca', el diputado está convencido de que puede vencer y está preparado para dar la batalla.
¿Ve posibilidades reales de ganar las primarias?
Soy consciente de la dificultad de ganar a una candidata oficial pero me he presentado con la intención de ganar y con un proyecto y un modelo de ciudad que considero innovador y que busca resolver los problemas de San Sebastián.
¿En qué consiste ese proyecto en pocas palabras?
Básicamente diría que la ciudad tiene retos importantes de cara al presente y al futuro que no se han abordado en los últimos 12 años. El alcalde Goia ha sido excesivamente prudente, se ha equivocado en movilidad, no ha abordado los asuntos de vivienda, no ha sabido afrontar el tema de los pisos turísticos, no ha hecho ninguna innovación en materia cultural, le falta sensibilidad en temas de participación ciudadana... Sobre todo, no ha generado vivienda pública para que la gente joven no sea expulsada de la ciudad. Y, además, se pueden hacer muchas más cosas para que San Sebastián sea una ciudad modelo en la respuesta a la crisis climática.
No se trata de debatir en profundidad un programa, sino de elegir un candidato o candidata, el o la mejor, aquel o aquella que ofrezca el mejor perfil para tener posibilidades reales de ser la fuerza más votada y optar la alcaldía
¿Qué aporta usted que no aporte la señora Garmendia para ser candidato?
No se trata de debatir en profundidad un programa, sino de elegir un candidato o candidata, el o la mejor, aquel o aquella que ofrezca el mejor perfil para tener posibilidades reales de ser la fuerza más votada y optar a la alcaldía. Se trata de lograr una candidatura que ofrezca confianza, un liderazgo claro, experiencia de gestión en momentos difíciles y también capacidad para penetrar en el campo electoral de otras fuerzas para conseguir votos. Hay que tener en cuenta que el voto municipal es un voto en buena medida a la persona...
Pero usted está en el Congreso.
Ya he anunciado repetidamente que si soy elegido, dejaré el Congreso y me dedicará exclusivamente a preparar el programa y las ideas fuerza de cara a las municipales de mayo de 2023.
Garmendia le calificó de "vintage" y dijo que su tiempo ya había pasado. ¿Por qué eso no es así?
De entrada no entro en descalificaciones a la candidata oficial, porque no es mi estilo ni mi juego ni necesito actuar así. Somos casi de la misma generación. ¿Eso quiere decir que alguien que está en el Congreso como yo y con capacidades en temas muy diversos no puede competir? No es ese el debate, no voy a entrar...
Yo me creo preparado, lo he demostrado en 20 años en la alcaldía, con ETA asesinando, por cierto, y durante estos diez años en el Congreso, que me han servido para ver como deben ser las ciudades del futuro. Me he formado al respecto y veo problemas que la anterior corporación no ha sabido afrontar, sobre todo el de la vivienda pública que antes decía, porque en este campo los dos últimos alcaldes no han hecho casi nada sino vivir de las rentas, de la planificación que dejé en 2011.
Este último año he profundizado la mirada en la ciudad, he hablado con mucha gente, me tomado muchos cafés y muchos tés, y he concluido que la ciudad se mueve entre la autocomplacencia y la falta de soluciones a problemas complejos
¿Reconoce usted la ciudad en la que fue alcalde durante tantos años?
La reconozco, sí, claro, porque hay una impronta y hay proyectos que ejecutamos durante 20 años. Proyectos que están a la vista. Todas las actuaciones de modernización de la ciudad las hicimos los socialistas en nuestra etapa. Después ha habido algunas mejoras, pero en los grandes temas no ha habido mejoras. El señor Goia no toma decisiones porque se pasa de precavido, quizás por temor a cometer errores.
¿Por qué sorprendió tanto en el PSE que usted presentase su candidatura?
Habrá que preguntarle a quienes se sintieran sorprendidos.
Todos nos sentimos un poco sorprendidos...
En todo caso mi decisión obedeció a dos razones. La primera es que en este último año he profundizado la mirada en la ciudad, he hablado con mucha gente, me tomado muchos cafés y muchos tés, y he concluido que la ciudad se mueve entre la autocomplacencia y la falta de soluciones a problemas complejos.
La segunda razón es que ante una lucha por la hegemonía entre el PNV y Bildu tanto en la diputación de Gipuzkoa como en la alcaldía, consideré que el PSE debía presentar la mejor candidatura para intentar ganar, para intentar ganar de verdad. Y por ello creí que podría ser de utilidad presentarme.
El PSE está jugando un papel muy importante para la estabilidad de Euskadi
Ortuzar dijo de usted que era un "Iturgaiz bis".
Yo creo que esa afirmación se vuelve en su contra. Me pareció una afirmación tan fuera de lugar que cualquier ciudadano o ciudadana diría 'pero qué está diciendo este hombre'. Es una comparación que no se entiende. No tengo nada que responderle, él mismo.
¿Está el PSE demasiado empeñado o, mejor dicho, resignado a pactar con el PNV?
Quiero dejar claro que el PSE está jugando un papel muy importante para la estabilidad de Euskadi. Es lo que significa estar en un gobierno de coalición en unas condiciones que no son de tú a tú, porque el PNV nos aventaja por mucho en las diputaciones y el parlamento vasco. Ahora bien, eso tiene una desventaja, que la ciudadanía no reconozca ese trabajo nuestro en las instituciones, en algún caso secundario respecto al PNV, y que por tanto este trabajo no sea reconocido.
¿Cree usted que al PSE en San Sebastián le falta identidad?
Mi personalidad es conocida entre la ciudadanía no solo por cómo ejercí la alcaldía, sino también por cómo es mi trabajo como diputado. Hablo con claridad y a veces tengo posiciones propias. Si la militancia me elige como candidato, que tengan la seguridad de que voy a tener libertad total para los debates con los señores Goia e Izaguirre para rerocharles lo que han hecho mal. Esa capacidad que demuestro puede ser una garantía para competir de verdad por la alcaldía. En las municipales se vota mucho en clave de persona y de crebilidad de esa persona.
Yo me creo preparado, lo he demostrado en 20 años en la alcaldía, con ETA asesinando, por cierto, y durante estos diez años en el Congreso, que me han servido para ver como deben ser las ciudades del futuro
Si usted es elegido, se enfrentarán los tres últimos alcaldes de la ciudad, en una competencia sin precedentes. ¿Sería la batalla de la gestión?
Sería una campaña muy centrada en la ciudad del presente y del futuro. El debate se haría mirando a los problemas actuales como la crisis, las incertidumbres o las emergencias climáticas... A todo ello en las ciudades debemos dar respuestas, en clave de ciudad sostenible, joven e innovadora.
Usted presumía hace un momento de posiciones propias. ¿Es verdad eso de que es un verso suelto?
Soy un militante socialista que lleva muchos años en el partido, que ya ha dado unas cuantas batallas internas y que tiene un criterio propio. He dado esas batallas por convicción, lo he hecho con riesgo de dejar de ser diputado o de dejar de ocupar cualquir cargo en el partido. Por eso en su día cuando el rey Juan Carlos abdicó yo, como diputado del PSOE en la época de Rubalcaba, me abstuve porque consideraba que el rey tenía tras de sí algunos escándalos, que por cierto luego afloraron...
Cuando en su día me negué a dar mi voto para que siguiese como presidente Mariano Rajoy, también me arriesgué a no continuar, pero no quería votar a alguien con vínculos con la corrupción.. O cuando hice la campaña a favor de Pedro Sánchez en las primaras mientras la dirección del PSE estaba con Patxi López, sabía que también me arriesgaba.. En todos los casos voté en consecuencia. Y eso hoy día en políticia adquiere un valor.