El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha destacado este lunes que el museo Guggenheim Bilbao es un "símbolo de apertura, encuentro y tolerancia" y por ello ETA lo "quiso destruir" con un atentado que frustró el ertzaina Txema Agirre a costa de su vida.



En la cena de gala por el 25º aniversario del museo bilbaíno, el lehendakari ha resaltado la "aportación" de la cultura y el arte en "momentos difíciles" como el actual para la salud, la economía o los derechos y ha recordado que, al igual que ahora, hace 25 años también había una guerra en Europa, entonces en la antigua Yugoslavia.



"La actividad cultural y la de este Museo se han convertido en lugares reclamados por la ciudadanía para encontrarse con personas conocidas y desconocidas, disfrutar, convivir, conocer o hacerse preguntas. Esta es una aportación que la cultura nos ofrece en situaciones que se presumen difíciles", ha afirmado.

"No sólo turismo"

Para Urkullu, el Guggenheim no solo es un "gran reclamo" turístico, sino el ejemplo de que la sociedad vasca "no se resignó y apostó por recuperar los suelos industriales y portuarios, ganar competitividad, imaginar un nuevo urbanismo, diversificar su economía".



"En 25 años hemos pasado de ser un país con muy pocas referencias positivas en el exterior a presentarnos ante el mundo como una sociedad abierta, atractiva y moderna. El efecto de este Museo ha sido fundamental en esta transformación", ha sostenido.



Por ello, ha considerado que el Guggenheim "habla, también, de tolerancia, de la necesidad de respetar al semejante y convivir. De disfrutar de la existencia y la confianza en nuestras capacidades y en nuestro futuro".

"Símbolo de apertura"

"El magnífico edificio que Frank Gehry diseñó se erige hoy como símbolo de apertura, encuentro y tolerancia, más necesaria que nunca en el mundo que nos está tocando vivir. Nosotros hemos sufrido la intolerancia que hoy denunciamos cuando una parte de nuestra sociedad -ha dicho al referirse a ETA- decidió tratar de imponer por la violencia su proyecto político y destruyó familias, vidas, bienes y condicionó nuestra convivencia".



"Aquella violencia intolerante quiso destruir este Museo y todo lo que iba a representar y aquel intento segó la vida de un servidor público, el ertzaina Txema Agirre", ha dicho el lehendakari antes de pedir a los asistentes que se pongan en pie en silencio para defender la "convivencia democrática, el respeto a los derechos humanos y un futuro de paz y bienestar para todos los hombres y mujeres, aquí y en todo el mundo".