Si ya parecía que el acuerdo para la gestión de los impuestos especiales a la banca y las eléctricas era un golpe de efecto relevante, el acuerdo presupuestario anunciado este martes es un tanto político elevado al cuadrado. Bildu arranca al Gobierno de Pedro Sánchez numerosos y variados acuerdos. De los asuntos de memoria hasta los del alquiler y las pensiones no contributivas pasando por ayudas al euskera o plazas MIR. Y aún faltan cuestiones pactadas por conocerse.
Es obvio que con este pacto de múltiples concesiones, sin precedentes y que algunos ya tachan de "histórico" Sánchez 'mima' a la coalición soberanista que lidera Arnaldo Otegi. Los 'abertzales' vencen con claridad -al menos por ahora- al PNV en esa batalla entre nacionalistas por ver quién consigue arrancar más logros al Ejecutivo de PSOE y Podemos. No es que Bildu sea socio habitual, es que ya es (o al menos parece) el socio predilecto. Algo cuanto menos llamativo si se tiene en cuenta que tan solo hace un trienio estos pactos parecían imposibles.
"Somos útiles"
Sólo el citado marco de la pelea entre PNV y Bildu por exhibir su influencia en Madrid explica el alborozo con que Mertxe Aizpurua, portavoz de Bildu en el Congreso, presentaba el acuerdo este martes. En su alocución admitía que este es el acuerdo de mayor calibre que han firmado con el Gobierno. Y después destacaba que "somos la fuerza que da buenas noticias a la ciudadanía vasca" y que "somos útiles para mejorar la vida de la gente".
En esa "utilidad" está la clave de la pelea larvada entre ambos. No hace falta poseer una cátedra para saber que la alegría no disimulada de Bildu contrasta con la irritación en las filas del PNV. Porque los peneuvistas ven como la coalición dirigida por la izquierda abertzale aumenta sobremanera su estrategia pactista y se consolida con la pátina de partido con el que se puede llegar a acuerdos.
Hace unos días, cuando se conoció el pacto de Gobierno y Bildu en materia fiscal, la reacción de los jeltzales fue bastante airada. Ahora el pacto tiene un alcance mucho mayor. Y, para colmo, incluye alguna cuestión que el PNV ya había negociado o incluso acordado con Sánchez, como la asunción de la competencia de Tráfico de Navarra.
Además, el PNV ve cómo al mismo tiempo su calendario de transferencias ya pactado con el Gobierno no termina de materializarse. Es cierto que los peneuvistas también han arrancado algunos acuerdos en esta negociación presupuestaria, como el pacto por la oficialidad de las selecciones vascas o el avance en el traspaso de Cercanías. Pero Bildu ha conseguido mucho más. Algo que no es baladí a pocos meses de las elecciones forales y municipales.