Al igual que hizo el propio lehendakari, PNV y PSE, socios del Gobierno vasco, se han mostrado críticos con la jornada de huelga desarrollada en la escuela pública y han recordado que el anteproyecto de Ley de Educación está en "una fase muy prematura" y es un documento "en elaboración". EH Bildu y Podemos han pedido que se escuche a los agentes educativos. Y PP+Cs se ha desmarcado de ambas posturas. 

En un debate en Radio Euskadi y recogido por Europa Press, los parlamentarios vascos han analizado el anteproyecto de Ley de Educación del País Vasco y la jornada de huelga de este pasado miércoles en la educación pública.

El parlamentario del PNV Aitor Urrutia ha afirmado que los paros "cuando menos sorprenden", ya que se está en la fase de anteproyecto de ley que viene a ser "un documento de trabajo en fase de alegaciones".

"Sin conocerse el texto final, se convocan movilizaciones. Creo que es reflejo de un talante con el que algunos agentes afrontan el proceso. Estamos ante huelgas preventivas que suponen un intento de presionar, cuando la voluntad del Gobierno es mejorar el texto", ha remarcado.

Tras afirmar que nunca había asistido a un proceso participativo para elaborar una ley como el actual, ha criticado las movilizaciones llevadas a cabo, cuando "el Departamento mantienen un diálogo abierto". "Es momento de aportar y en eso está nuestro grupo parlamentario. El pacto educativo sigue vivo y el Gobierno cumple escrupulosamente con el mismo", ha finalizado.

Desde el PSE-EE, socio de gobierno del PNV, la parlamentaria Gloria Sánchez ha manifestado que el pacto educativo "sigue estando ahí" y ha considerado "llamativo" que algunos partidos que lo apoyaron "se pongan ahora de perfil o respalden una huelga convocada contra un texto que también es suyo", en alusión a EH Bildu y Elkarrekin Podemos.

"El PSE respeta el derecho a la huelga, pero en este momento se está en una fase muy prematura", ha indicado, para añadir que el proyecto de ley que se apruebe debe incluir los mecanismos necesarios para "potenciar lo público, garantizar la igualdad de oportunidades, combatir la segregación y colocar al alumnado en el centro del debate, apostando por el trilingüismo".

La oposición, al contrario

Desde las filas de EH Bildu, su parlamentaria Nerea Kortajarena ha instado a "escuchar y atender" las movilizaciones en la enseñanza pública, y ha llamado a aprovechar la oportunidad de transformar el sistema educativo vasco. "En torno a ese objetivo hay que aunar todos los acuerdos que sean posibles para conseguir un sistema público, descentralizado, soberano y que tenga como eje pivotador el euskera", ha dicho.

Por parte de Elkarrekin Podemos, su parlamentario Gustavo Angulo ha manifestado que los sindicatos de la escuela pública se manifiestan viendo que hay pocos "muy pocos cambios" en el proyecto de Ley y que sus alegaciones "ya veremos cuáles van siendo admitidas o no".

"Es un documento de trabajo, pero si va cambiando poquito a poquito, no se va reforzando la escuela pública y se va reforzando la escuela concertada, evidentemente ellos se manifiesten y con todo el derecho del mundo", ha constatado.

A juicio de los morados, la Ley de Educación que se está trabajando no acaba de solucionar un "problema muy grave que tiene esta sociedad en la segregación de la población migrante y la población con problemas socioeconómicos, que está en la escuela pública y no está en la concertada".

PP+Cs, crítico con ambas partes

Por último, desde PP+Cs, el parlamentario José Manuel Gil ha afirmado que su grupo es "muy crítico" con el anteproyecto de ley, aunque ha reconocido que "se parece poco al acuerdo de bases logrado por algunos partidos".

Sin embargo, ha asegurado que no comparten los motivos de la huelga y ha advertido que sus promotores "buscan exclusivamente una educación pública y euskaldun". Asimismo, ha argumentado que la educación pública y concertada "no son enemigas", sino que "las dos tienen problemas y están infrafinanciadas".

De este modo, ha sostenido que PP+Cs está "en contra de la euskaldunización forzosa", ya que el euskera "hay que apoyarlo, pero no se puede imponer".