El Consejo de Gobierno de este martes, el último de marzo, debía abordar, según habían prometido, un punto referido a la nueva Ley Vasca de Educación, una de las asignaturas pendientes del lehendakari, Íñigo Urkullu y su Ejecutivo, que una vez más ven cómo esta norma sufre una nueva prórroga con casi tres años de la legislatura agotados.
Ahora las miradas están puestas en el mes de abril que será cuando, en teoría, debería presentarse el texto definitivo, primero en el propio Consejo de Gobierno, y posteriormente en la Cámara vasca para su debate y aprobación parlamentaria. Un proceso que de alargarse mucho más, y con el complicado calendario electoral que se presenta, podría incluso retrasar esta norma a la siguiente legislatura.
De hecho, el portavoz del Gobierno vasco, Bingen Zupiria, ha admitido que el calendario “aprieta”, pero ha mostrado su intención de que el texto esté listo “en unas pocas semanas”. Además, ha achacado este nuevo retraso a que el Departamento de Educación, que dirige el consejero Jokin Bildarratz, “no cuenta con los informes necesarios”, para presentar correctamente la norma ante el resto del Ejecutivo.
No es la primera vez que se prorroga esta ley, una de las más esperadas de la legislatura, y nada puede prometer que sea la última vez. En un primer momento Bildarratz anunció su aprobación para octubre del pasado año, luego para Navidad y más tarde para el primer trimestre de 2023, el cual concluía con la reunión de este martes, en la que no se ha presentado el texto.
Bildu y Podemos, a la espera con posiciones diversas
Aunque los partidos del Ejecutivo, PNV y PSE-EE han mostrado en reiteradas ocasiones su intención de sacar adelante esta ley con el mayor apoyo posible -pese a que perfectamente podrían aprobarla sólo con los votos de ambos grupos parlamentarios- los sucesivos retrasos no parecen dejar indiferentes a sus socios en este proyecto: Eh-Bildu y Elkarrekin Podemos-IU.
Mientras desde la coalición abertzale siguen dando su apoyo casi incondicional y permanecen dispuestos a trabajar junto al actual Ejecutivo para sacar adelante una norma lo más completa posible y que cumpla todas las necesidades y expectativas que desde su agrupación ven necesarias. Desde la formación morada sí se han mostrado más críticos en las últimas semanas, llegando casi a “amenazar” la retirada de su apoyo en caso de que la redacción y aprobación siga propagándose.
Además, pese a que siguen respetando el pacto educativo firmado el pasado año, ya han mostrado su disconformidad con algunas medidas presentadas durante este 2023, especialmente las referidas a la educación pública y concertada.
Respecto a todo esto, Bingen Zupiria se ha mostrado todavía optimista a que el texto elaborado por con Educación consiga pronto los informes necesarios para su redacción y confía en que el consejero Jokin Bildarratz y su departamento puedan llevar la norma al Consejo de Gobierno, “en las próximas semanas”. De hecho, de no hacerlo durante este mes de abril, nos plantaríamos a escasos días de las elecciones municipales y forales del 28 de mayo y, claramente, el proceso se retrasaría todavía más.