No se conoce cuál es exáctamente el motivo, pero desde hace años el municipio vizcaíno de Durango se ha convertido en la residencia principal de algunas de las figuras más reconocibles de la política vasca: entre ellas, numerosos cargos del actual ejecutivo como puede ser el propio lehendakari, Iñigo Urkullu, quien en 2015 decidió abandonar el palacio de Ajuria Enea para trasladar su residencia principal a esta localidad, situada a una distancia muy similar de las tres capitales vascas.
Quizás sea esto último la clave para que este municipio de poco más de 28.000 habitantes (según datos de 2011) cuente entre sus vecinos con el lehendakari; la portavoz de Elkarrekin Podemos en el Parlamento, Miren Gorrotxategi; o Maddalen Iriarte -quien hasta este viernes ocupaba el cargo de portavoz de EH-Bildu y líder de la oposición en el parlamento vasco-, simplemente por su ubicación, muy próxima a Vitoria, San Sebastián y Bilbao, lo que permite en muchas ocasiones ahorrarse largas distancias para actos institucionales.
Pero más allá de cuál sea su nombre o cargo político -si se tiene- al final cada ciudadano tiene un voto para decidir qué formación política va a ocupar el ayuntamiento en cada legislatura, y con las elecciones forales y municipales del 28 de mayo a escasos 20 días, la situación en la que se encuentra Durango tiene cierto interés. Especialmente porque la pugna por el Consistorio está más que ajustada entre el PNV y EH-Bildu, y muy probablemente -como ya ocurrió hace cuatro años-, serán Elkarrekin Podemos o el PSE-EE quienes hagan decantar la balanza.
40 años de gobiernos jeltzales
En Durango, las elecciones toman un carácter especial por una razón muy concreta, y es que después de 40 años gobernando el PNV, en 2019 Bildu logró hacerse finalmente con el ayuntamiento de la localidad y ahora, terminada la legislatura, tocará ver si su gestión durante los últimos cuatro años les ha servido para mantenerse en el consistorio hasta 2027. Aunque hay que matizar que la coalición soberanista fue la segunda fuerza más votada -la primera fue la lista jeltzale- y que actualmente gobierna junto a la coalición de Herriaren Eskubidea y Elkarrekin Podemos.
Respecto a esto, la actual alcaldesa de la localidad, Ima Garrastatxu, asegura que hace cuatro años lograron alzarse sobre el PNV por la “excelente oposición” que habían hecho anteriormente desde Bildu y Podemos, y porque en su momento “era necesario un cambio” reclamado por diversos movimientos ciudadanos, sobre todo en casos que provocan mucha disconformidad entre los vecinos como los relativos a los terrenos liberados por el tren por la plataforma Erabaki, algo que según Ima “posicionó a muchas personas” a su favor porque “querían ser consultadas”.
Así, echando la vista al futuro, señala que el 28 “se verán cuáles son los números”, aunque confía en sobrepasar esta vez al PNV y volver a gobernar como hasta ahora. Una postura similar a la que tiene el candidato de Podemos, David Hernández, quien asevera que esta legislatura “ha servido para dibujar un horizonte en otra dirección distinta a la del cemento y el hormigón de los últimos gobiernos de PNV y PSOE, donde se anteponían los intereses y los privilegios de unos pocos empresarios a las necesidades y el bienestar de la gente”.
Sin embargo, aquí se encuentra con un contratiempo no presente hace cuatro años, y es que la coalición de Herriaren Eskubidea y la formación morada se ha fragmentado para estos comicios, un caso excepcional si se compara con la imagen general de unidad que la izquierda “progresista” y “ecologista” lleva demostrando desde que comenzó la campaña electoral. Ante esto, Hernández asegura que su objetivo fue “desde el principio” ir en coalición con ellos, pero que pese a “tenderles la mano” estos le aseguraron que “no contemplaban” ir juntos y que “no había ninguna posibilidad”.
Cuna de políticos
No deja de ser curioso que Urkullu, Iriarte y Gorrotxategi, en su momento “tres candidatos a lehendakari”, como recuerda la alcaldesa, coincidan en Durango, y vayan a votar al mismo Ayuntamiento, aunque a falta de sorpresas lo harán a listas diferentes. De hecho, aunque este año no sea así, en los anteriores comicios la hija del lehendakari fue en listas por el PNV y logró un escaño como edil de la localidad.
Ante este tipo de coincidencias, Garrastatxu recuerda una expresión muy común en Durango, y es que este municipio de vizcaya, “es cuna de políticos”, y aunque muchos no nacieron en la localidad, por uno u otro motivo han acabado mudándose a Durango, aunque como destacan los dos candidatos que conforman el Ejecutivo, puede deberse a que este es “un municipio que está en el centro de Euskadi, desde el que es fácil moverse a otros puntos geográficos”.
Sin embargo no todo son puntos positivos, y como denuncia el representante de Elkarrekin Podemos, “lo que no se entiende es que, con un lehendakari que vive en Durango los servicios públicos en la comarca de Durangaldea sean nefastos y estén sufriendo el desmantelamiento que estamos viendo, especialmente en Osakidetza”.