Desde hace ya varios años, especialmente con la irrupción de Podemos en la política nacional y su llegada al Gobierno de España, EH-Bildu ha ido progresivamente adaptando y dirigiendo parte de sus políticas y propuestas hacia un público no tan preocupado por las aspiraciones soberanistas, sino más centrado en otros temas propios de la izquierda "progresista" y "ecologísta", que la formación abertzale poco a poco ha ido haciendo propios hasta el punto de centrar en ellos buena parte de su campaña electoral para este 28-M.
Tal ha sido el giro mostrado por parte de la coalción dirigida por Arnaldo Otegi, que en estos comicios han sido muchas las figuras que paulatinamente han ido mostrando su apoyo hacia las candidaturas y las listas que presentaba Bildu en los diferentes municipios y diputaciones de Euskadi, sumándose a los actos de campaña de Bildu y acompañando a sus candidatos como un reclamo para aquellos sectores de la izquierda que todavía no han decidido por completo su voto.
Así, entre los nuevos rostros de Bildu, destacan personalidades no poco conocidas en la política vasca, pero que hasta ahora, o bien habían permanecido ajenas a los partidos políticos, como el exjuez Manuel Díaz de Rábago; o bien habían militado en alguna otra formación, como es el caso de la exsecretaria general de Podemos Euskadi, Nagua Alba, o la exconsejera socialista con Patxi López, Gemma Zabaleta.
Perfiles dispares
Lo curioso aquí está en que muchos de quienes durante esta campaña electoral han mostrado su apoyo hacia la formación abertzale provienen de sectores y contextos bastante diferentes. De hecho, poco tiene que ver Manuel Díaz de Rábago, antiguo presidente de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco que durante 10 años estuvo amenazado por ETA; con Oskar Matute, parlamentario de Bildu en el Congreso de los Diputados, pero que entró a formar parte de la coalición como líder de la formación política Alternatiba Eraikitzen.
En esta línea, alguna similitud más tienen, por ejemplo, Gemma Zabaleta y Nagua Alba, puesto que ambas provienen directamente de la izquierda política española, aunque la primera como parte de una formación más moderada y socialista. En este caso ninguna de las dos políticas siguen formando parte del PSE-EE y de Elkarrekin Podemos, respectivamente: la primera se dio de baja en 2017 y la segunda abandonó la formación morada en 2019 tras su paso por la Cámara Baja.
Ahora, en el contexto de esta campaña electoral, Zabalata ha mostrado su apoyo explícito a la candidata a la Diputación Foral de Guipuzkoa, Maddalen Iriarte, llegando incluso a participar en algún evento del partido -cosa no poco habitual desde que dejó su militancia socialista-; mientras que Alba ha manifestado más de una vez su apoyo al candidato abertzale a la alcaldía de San Sebastián, Juan Karlos Izagirre.
También, entre los "nuevos" apoyos de la formación abertzale, destaca el nombre de Javier Madrazo, exlíder de IU en Euskadi -bajo el nombre de Ezker Batua (EB)- y, en su momento, consejero de Vivienda y Asuntos Sociales durante el gobierno del exlehendakari, Juan José Ibarretxe, entre 2001 y 2009. Aunque realmente Madrazo, que abandonó IU por trifulcas internas, trató primero de acercarse hacia Elkarrekin Podemos hasta que finalmente, quizás por este giro a la izquierda de EH-Bildu, ha acabado decantándose por la coalición soberanista.
Estrategia equivocada
Sin embargo, esta estrategia de EH-Bildu por adueñarse del votante que en los últimos casi 10 años había optado por apoyar a las candidaturas de Podemos y formaciones similares, se ha visto truncada por la polémica originada después de que el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite) denunciara la presencia de 44 antiguos miembros de la banda terrorista ETA en las listas de la coalición soberanista en varios municipios de Euskadi y Navarra, entre los que había siete condenados por delitos de sangre.
Así, aunque tras el aluvión de críticas y denuncias contra la formación abertzale, estos últimos ya anunciaron su decisión de no tomar el cargo en caso de salir elegidos durante las elecciones de este domingo, la imagen de la organización que lidera Arnaldo Otegi ha vuelto a asociarse directamente con ETA y el fantasma del terrorismo que durante décadas asoló Euskadi y el resto de España; enturbiando casi por completo un giro que se alejaba de las aspiraciones soberanistas en pro de unas políticas más centradas en otros frentes.
Con todo esto, aunque las encuestas prevén una subida generalizada de Bildu y un acercamiento cada vez mayor hacia el PNV en lo que apoyo social se refiere -especialmente por ese voto "robado" a Podemos y la izquierda "progresista"-, habrá que esperarse al recuento de este 28-M para ver hasta qué punto ha tenido éxito la estrategia de la coalición soberanista y de qué modo le ha podido afectar la polémica que ha ocupado gran parte de la campaña.