Aplicaciones de las plantas medicinales

Aunque los datos estadísticos sectoriales apuntan a un crecimiento sostenido del consumo de las plantas medicinales y de sus derivados, lo cierto es que en España aún existe un amplio desconocimiento acerca de las propiedades y los efectos en la salud de esta alternativa terapéutica y preventiva.

Al objeto de salir de dudas, hemos decidido ponernos en contacto con un profesional sobradamente experimentado en la prescripción y comercialización de este tipo de productos. Hablamos de Alberto López Meca, quien a su condición de licenciado en farmacia y graduado en óptica une la de socio fundador de Vistafarma, una firma de referencia en el sector de la farmacia, la parafarmacia y los extractos de hierbas medicinales.

La conversación ha sido amena, instructiva y larga. Conque resumiremos para el lector las principales enseñanzas y conclusiones que hemos extraído de la misma.

¿Para qué sirven?

Aunque no son la panacea para todas las enfermedades, las plantas medicinales son una alternativa válida, en sustitución o como complemento de los medicamentos de síntesis, para un gran número de afecciones y trastornos de la salud. Algunos ejemplos son:

• Dolencias del aparato digestivo.
• Trastornos del sueño.
• Control del estrés y la ansiedad.
• Astenia primaveral.
• Alivio de trastornos reumáticos e inflamatorios.
• Dietas de control de peso.
• Problemas de estreñimiento.
• Tratamiento del dolor.
• Bajo estado de ánimo.
• Trastornos respiratorios.
• Depuración hepática y renal.
• Reducción del colesterol y de la hipertensión.

Las más utilizadas

No aburriremos al lector con una lista infinita de plantas medicinales o de principios activos obtenidos de las mismas. La valeriana, el té verde, la melisa, la pasiflora, el zen, el hipérico o la misma manzanilla son algunos exponentes de una larga relación que está en boca de todos.

De la misma forma, el triptófano, el glucomanano, los polifenoles, los flavonoides o el extracto de fasolina son ejemplos de otra extensa relación de principios activos, todos ellos extraídos de las plantas medicinales.

Panorama en España

Aunque en nuestro país no está tan extendido el uso de plantas medicinales como en otros países de la UE (pongamos por caso Alemania o Francia), lo cierto es que la tendencia al alza es muy acusada. En ello ha influido, y mucho, internet: las informaciones acerca de las plantas medicinales, que antes había que obtener consultando manuales especializados en la biblioteca, son accesibles hoy en día, y en cuestión de minutos, para cualquiera que disponga de un teclado y una pantalla conectados a la red de redes.

Igualmente, están disponibles una amplia variedad de cursos de fitoterapia (uso terapéutico de las plantas medicinales) con titulación incluida, muchos de ellos avalados por instituciones universitarias. En definitiva, las plantas medicinales han ingresado definitivamente en la categoría de alternativas terapéuticas a tener en cuenta. Otro factor que influye en su creciente aceptación es la facilidad para obtenerlas sin receta médica. Eso no implica que no sea necesario consultar a un médico, farmacéutico o especialista en fitoterapia. No conviene que las manejemos por nuestra cuenta y riesgo, por los motivos que veremos en las siguientes líneas.

Precauciones a tener en cuenta a la hora de usarlas

Frente a la percepción de algunas personas de que las plantas medicinales son productos inofensivos y más eficaces que los medicamentos, lo cierto es que:

• Su acción suele ser bastante más lenta que la de los medicamentos de síntesis, ya que su concentración de principios activos es menor.
• Sin embargo, las plantas medicinales disponen de mayor número de principios activos que los medicamentos, por lo que en muchas ocasiones sus efectos son sinérgicos.
• No están exentas de efectos secundarios ni interacciones con medicamentos u otras plantas medicinales.
• Es muy fácil cometer errores en la dosificación.

Consejos para actuar correctamente y con seguridad

Para evitar los problemas de dosificación de las plantas medicinales a granel, podemos recurrir a sobres monodosis, a cápsulas de extractos o a comprimidos elaborados con sus principios activos. De esta forma, solo tendremos que leer el prospecto o las instrucciones de la caja o envase para conocer cuál es la dosificación recomendada. Con todo, es imprescindible que consultemos con un médico, farmacéutico o especialista en fitoterapia nuestro caso, muy especialmente si ya estamos sometidos a otros tratamientos, sean estos medicamentosos o naturales. Y recordemos que las enfermedades han de estar previamente diagnosticadas por un titulado en medicina. No cometamos el error de usar hierbas medicinales o sus extractos para tratar trastornos autodiagnosticados.

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• Un servicio de asesoramiento profesional vía whatsapp, atendido por farmacéuticos titulados.

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