Con la llegada del buen tiempo, del verano, del sol, en algunas personas, cada vez más, crece la preocupación por lucir un cuerpo perfecto. Y además, quieren conseguirlo en muy poco tiempo, con prisa. Eso les lleva a probar dietas milagrosas y a exigirse demasiado en una carrera al sprint por perder peso.
El resultado puede ser todo lo contrario de lo que se persigue y puede llegar a causar efectos negativos en la salud. Tomar atajos para tener de la noche a la mañana un 'cuerpo diez’ puede implicar momentos de sacrificio acaban en frustración, impotencia, baja autoestima y, finalmente, en abandono y negatividad.
Sentirse mejor
Este culto al cuerpo perfecto, que ansían tanto hombres como mujeres, “es un error porque tiene una connotación estética y superficial, porque queremos perder peso para entrar en unos cánones de belleza”, asegura Nerea Roussel, dietista y nutricionista del Servicio de Nutrición de Policlínica Gipuzkoa y del Hospital de Día Quirónsalud Donostia.
“Debemos cambiar el chip y entender que mejorar la composición corporal es importante para la salud, que siempre es o debería ser el primer objetivo para la calidad de vida, del sueño y para sentirnos más activos. Hay que poner el foco en mejorar la composición corporal para sentirnos bien y mejorar nuestra vida”, añade la especialista.
Las dietas milagro no existen
Con el verano a las puertas, empiezan las prisas por emprender una dieta a contrarreloj. La doctora lo achaca a una cierta necesidad de mostrarse en plenitud ante los demás y ante uno mismo. Estas ansias de perder peso se producen “porque destapamos nuestro cuerpo y queremos ver nuestra mejor versión. Muchas veces va unido a una desinformación que lleva a no comer, y las prisas nunca son buenas. Generalmente, no se come bien o se recurre a dietas milagro que han leído. Comer menos nunca es la solución, porque puede tener secuelas realmente graves”, advierte la nutricionista.
Es muy común que una pérdida de peso exprés derive en unas consecuencias totalmente opuestas al objetivo inicial. Es lo que popularmente se conoce como el ‘efecto rebote’. Esto sucede cuando no se consigue mantener a largo plazo una dieta muy estricta que en primera instancia ha conseguido su propósito tras haber comido muy poco para poder adelgazar. La dietista de Policlínica Guizpukoa explica que “nadie puede vivir así” indefinidamente y sucede porque “al volver a los antiguos hábitos, se recupera todo el peso perdido o más”.
Una dieta para cada uno
Como en tantos otros aspectos relacionados con la salud, la consulta a un especialista es obligada porque, como recuerda la doctora Nerea Roussel, “estamos jugando con nuestra salud”.
“Vemos pacientes que han realizado dietas por su cuenta y han fracasado, con experiencias negativas. Hay que recalcar la importancia del especialista en este tipo de casos”, asegura. “Nosotros no sólo ponemos una dieta, sino que estudiamos cada caso como si fuese único. Realizamos un estudio sobre sus gustos y hábitos, patologías si las tuviera… Se da el mejor servicio personalizado porque la nutrición es y debe ser personalizada”, argumenta Neere Roussel.
Una buena alimentación
Plantearse adelgazar es un objetivo que como tantos otros necesita de asesoramiento y de un trato individualizado. Cada persona es diferente y el tratamiento puede diferir si anteriormente se ha fracasado en el intento. “Nos gusta conocer la historia del paciente con una entrevista en la que identificamos posibles patologías y problemas que podrían estar relacionados con la causa de la consulta. Queremos conocer al paciente y empatizar con él. Generar esa conexión es muy importante, porque le acompañaremos en todo el proceso. Les guiamos en ese camino”, señala.
La nutricionista de Quirónsalud recuerda que lo importante “no es la parte estética, sino tratar de establecer una buena alimentación y que pueda mantenerla en el tiempo”.
Apoyarse en el profesional
Fracasar en el intento puede resultar desalentador y provocar alteraciones en el estado de ánimo de una persona. Los consejos de los especialistas son de gran ayuda. La doctora Roussel avisa de que “lo más importante es que entiendan que la dinámica de consulta no consiste en llegar, pesarse y que se le eche la bronca”.
“Es importante que comprendan que somos las primeras personas que queremos que sus objetivos se cumplan y se sientan cómodos y cercanos para lograrlo. Es importante entender que el proceso no siempre es lineal, sino que surgen errores y recaídas. No debemos tirar la toalla, sino apoyarnos en el profesional y que éste nos ayude a seguir adelante sin rendirse”, concluye.