La pérdida de cabello o alopecia preocupa a todos los que lo padecen, pero más allá del problema estético, también puede ser síntoma de alguna otra patología, como el estrés.
Champús, lociones, complementos vitamínicos se presentan muchas veces como soluciones milagrosas, pero lo primero que hay que hacer cuando comienza a producirse una caída anormal del cabello es acudir a un especialista. Este, además de descartar cualquier otra enfermedad, podrá diagnosticar el problema y determinar cuál es el tratamiento más adecuado.
Una consecuencia de la pandemia
Las consecuencias de la pandemia han ido más allá de los síntomas vividos por millones de personas. Al margen de los efectos propios de la enfermedad, el sufrimiento padecido en muchos casos ha derivado en alteraciones que no están directamente relacionadas con el Covid-19, pero que han desarrollado en muchos pacientes. Uno de esos daños colaterales ha sido la caída de cabello.
Ana González Elósegui, doctora del Servicio de Dermatología y Unidad de Trasplante Capilar de Policlínica Gipuzkoa, asegura que “se han descrito casos que, tras pasar la COVID-19, especialmente en personas que han tenido que ser hospitalizadas, han sufrido una caída del cabello”.
Reacción temporal
Sin embargo, la especialista cree que la pérdida del cabello está relacionada más con la situación traumática de estrés, ya que “en otras situaciones graves que han requerido un ingreso en UVI por un periodo largo, también se ha dado la caída del cabello”.
Por todas estas razones, “la relación es con el estrés de las personas”. Y se explica: “El cuerpo sufre ante determinadas situaciones y lo manifiesta con una reacción corporal. Se trata de un efluvio postraumático”. Esta reacción se corrige, en la mayoría de los casos, con el tiempo: “Es una caída temprana del cabello, pero luego se regenera de nuevo y crece en su totalidad”.
¿Cómo prevenir esta situación?
Las soluciones previas no son sencillas, más bien rozan el imposible: “No es posible prevenir con exactitud las situaciones de estrés”, recalca la doctora González Elósegui. Pese a esta afirmación, insiste en que nunca está de más “una dieta sana y un buen cuidado del cabello, que hacen que esté fuerte ante situaciones de estrés y que provocan que la recuperación sea mejor”.
Para revertir la situación más pronto que tarde, la dermatóloga de Policlínica Guipuzkoa recomienda “tranquilizarse, recuperarse bien del proceso original, que es más importante, y confiar en que en la mayoría de los casos el cabello vuelve a crecer”. Si este proceso no fuera todo lo satisfactorio que uno espera, “se puede llegar incluso a ayudar con algún tipo de medicación, tras visitar a un especialista, pero lo normal es que crezca de forma natural”, añade.