2030. Bilbao. La capital de Bizkaia recibe a los visitantes en una densa nube de humo. Llegando, por la autovía, ya no está el hospital de Basurto. Es un día claro, pero la contaminación es tan grande que el sol adquiere un color cenizo. A la entrada de la ciudad, unos pocos jóvenes, claramente adinerados, descansan de sus clases en la universidad. Por la noche hay partido en San Mamés, pero también en otros tantos estadios con la misma 'poca garra' que la que fuera otrora la Catedral del fútbol. El calor, pese a ser octubre, es infernal.
Las calles están prácticamente vacías. La gente viste ropa fabricada en Bangladesh y comprada por internet. Los cuatro locales que subsisten en Indautxu son una triste panadería, una ferretería, una modestísima tienda de ropa y el último bar de Pozas. Los pintxos desaparecieron hace tiempo: ahora todo son sándwiches cuando no directamente ultraprocesados.
No es el Bilbao que conocemos, sino el Bilbao de 2030. Dentro de ocho años. A la vuelta de la esquina. Así es como la proyectan esta semana la BBK y el artista SpY. Una proyección que, por surrealista y tétrica que suene, no está tan lejos como parece. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), nuestro planeta está a tres años de llegar a su punto de no retorno. Un punto que abre la puerta, entre otros grandes titulares, a que 7.000 comercios desaparezcan de la capital, la atención primaria tal y como la conocemos hoy deje de existir o la universidad sea un sitio solo para quienes puedan permitírselo.
La competitividad no sostenible borraría por completo las tradiciones y la identidad vasca. Y eso es todo lo que viene a mostrar 'Kolapso', la intervención artística puesta en marcha en la bilbaína plaza del Arriaga.
Un espacio de 10 metros cuadrados que simboliza el mundo sobre una maqueta de la ciudad de Bilbao y que nace para mostrar de forma acelerada este punto de no retorno y ha sido conceptualizada para ser una representación metafórica de la presión que ejercemos entre todos sobre el mundo en el que vivimos. Una presión que ya equivale a consumir 1,75 veces los recursos que nos puede ofrecer la Tierra cada año... y que apunta a seguir creciendo según los cálculos de la ONU.
Es en este marco en el que surge una iniciativa que, además de mostrar cómo será el mundo del futuro, permitirá la interacción ciudadana para mostrar cómo cada una de nuestras decisiones, por muy pequeñas que parezcan, ejercen una presión añadida en nuestro mundo y condicionan el futuro que se encontrarán las próximas generaciones. Por eso, a través del metaverso, los ciudadanos podrán interactuar respondiendo a unas preguntas con su teléfono móvil que irán haciendo que la instalación artística se hinche y deshinche en tiempo real, provocando o evitando así el 'Kolapso' del planeta.
Pero las interacciones con la obra no se acabarán ahí, ya que por cada encuesta que se complete con el móvil -consiste de cinco preguntas-, BBK se compromete a ofrecer unas cestas alimenticias para personas en situación de vulnerabilidad.
Decidir hoy es 'elegir el mañana'
A la presentación de la instalación han acudido el presidente de BBK, Xabier Sagredo, y el artista encargado de realizar la obra. Para Sagredo, este proyecto quiere "poner en valor el poder que tienen nuestras decisiones cotidianas". Unas acciones que, en opinión del presidente de BBK, deben emplazarse en una apuesta por la "competitividad sostenible", tomando conciencia de que "nuestros actos no deben tratarse con una visión cortoplacista, sino mirar hacia el futuro, centrándonos así en el largo plazo". La instalación busca, en este sentido, trasmitir el mensaje de que "aún estamos a tiempo para aprovechar una segunda oportunidad", para "evitar ese Kolapso".
La iniciativa de BBK se enmarca dentro de su campaña 'Elegir el Mañana', con la que la fundación bancaria quiere seguir promoviendo la competitividad sostenible. Un concepto que busca un modelo socioeconómico global que anteponga la preservación del estado del bienestar y el medioambiente a lo puramente económico. Un modelo en el que las decisiones se toman con responsabilidad, que renuncia a la visión tradicional de costes-oportunidad y que pone por delante el respeto al medioambiente, la igualdad de oportunidades, la integración o la cohesión social.
SpY también ha visitado una obra que no es la primera en este sentido. Uno de los reyes del escaparate cultural español, SpY llega a Bilbao con una propuesta experimental que profundiza en la línea de trabajo desarrollada en obras como 'Tierra' (Madrid 2021) o 'Divided' (Atenas 2022).