Las varices son venas que no realizan correctamente su función de retorno de la sangre hacia el corazón. La dilatación de las venas y la dificultad en el flujo sanguíneo provocan molestias, en algunos casos muy dolorosas, además de ofrecer una imagen poco estética.
Las varices son más frecuentes en mujeres que en hombres y no existe una edad media de aparición, ya que influyen diferentes factores como los antecedentes familiares, los hábitos de vida, el sobrepeso u obesidad, el embarazo y la menopausia.
Acudir al especialista
Ante la sensación de pesadez, hinchazón o calambres, es aconsejable que el paciente acuda a consulta para pautar el tratamiento adecuado en cada caso. Las varices pueden desarrollar complicaciones agudas con tromboflebitis o trombosis venosa, caracterizada por un trombo dentro de una variz. Ante síntomas como enrojecimiento, dureza, dolor e inflamación, es recomendable acudir de inmediato al especialista, ya que en estos casos la intervención quirúrgica puede ser necesaria.
“La importancia de consultar a un especialista ante la presencia de varices evidentes, pequeñas arañas o síntomas indicativos no debe subestimarse”, señala la doctora Marta Fernández, especialista en Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Quirónsalud Vitoria. "La mejor forma de saber si nos encontramos ante una vena enferma o varicosa es mediante la realización de una prueba diagnóstica que se llama ecografía Doppler. Se trata de un procedimiento indoloro, que se hace en la consulta y que nos aporta muchísima información acerca de las venas”, añade.
Factores de riesgo y prevención
Las varices se originan por un fallo en las válvulas anti-retorno de las venas, que impiden el adecuado regreso de la sangre hacia el corazón. Factores como la presión arterial alta, el tabaquismo, la obesidad, la herencia genética y el embarazo aumentan el riesgo de desarrollar esta condición. Los síntomas varían en gravedad, incluyendo pesadez, cansancio, dolor y picor en las piernas.
Cuando se sientan estos síntomas, la doctora Fernández marca unas pautas fundamentales que pasan por “controlar los hábitos alimenticios, mantener una actividad física constante y evitar el sobrepeso son claves para retrasar y prevenir la insuficiencia venosa”. Además, explica que durante el embarazo, el uso de medias elásticas de compresión “está especialmente recomendado”.
Técnicas para eliminar varices
Una vez que la variz ha aparecido, no es posible revertirla sólo con hábitos de vida saludables. Algunos procedimientos conservadores ayudan a sobrellevar estos síntomas, como las medias de compresión, duchas de contraste con frío y calor o algunos medicamentos. Pero la única forma de eliminar las varices es la cirugía o tratamientos específicos, dependiendo siempre del tipo de variz.
El tratamiento de las arañas vasculares y varices de pequeño tamaño suele realizarse con microespuma esclerosante en consulta, sin necesidad de anestesia. Para varices de tamaño medio, se emplean técnicas hemodinámicas o termo-coagulación con anestesia local. En casos más complejos, como varices de gran tamaño, se recurre a la radiofrecuencia o cirugía convencional.
Radiofrecuencia: tratamiento avanzado
En los últimos años se han producido importantes avances significativos en su tratamiento, entre los que sobresale la radiofrecuencia como una opción menos invasiva y con excelentes resultados a largo plazo: elimina casi en su totalidad los inconvenientes de la cirugía convencional, confiere mejor calidad de vida, y reduce el dolor y la inflamación. Con anestesia local, ofrece una recuperación más cómoda y permite la reincorporación a las actividades diarias de manera casi inmediata.
“La baja frecuencia de dolor y la reducción de hematomas la convierten en una opción prometedora para quienes buscan una solución efectiva y menos traumática”, aclara la especialista del Hospital Quirónsalud Vitoria.