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Cada uno de sus 252 pueblos tiene una identidad propia, ya que Euskadi es un lugar lleno de contrastes. La belleza de este terriotorio deriva de una mezcla de historia, una increíble arquitectura, cultura, gastronomía y unos paisajes naturales sorprendentes que los rodean. Sin duda, una región donde llevar a cabo las mejores rutas de senderismo.

Desde los viñedos y pueblos históricos y medievales alaveses hasta los amplios prados de Bizkaia y Gipuzkoa o su increíble costa. En Euskadi existe una belleza natural única en cada rincón, donde el territorio vasco guarda una esencia única y donde las playas, los pueblos pesqueros y los acantilados son capaces de ofrecer las mejores vistas.

Cada tramo del paisaje se encuentra diseñado para sorprender gracias a sus senderos que se asoman al mar o los caminos que atraviesan sus preciosos bosques. La fusión de naturaleza salvaje y la tradición se siente en cada esquina. Euskadi es mucho más que sus pueblos pesqueros: es todo un descubrimiento. 

El Camino de Santiago vasco

El Camino de Santiago vasco, entre los pueblos guipuzcoanos de Zarautz y Getaria, es una de esas rutas que conquista a los curiosos. Esta ruta de casi tres horas y 12 kilómetros permite al deportista observar lo mejor de la costa vasca. Según la web de rutas Wikiloc en su artículo ZARAUTZ - GETARIA - ZARAUTZ, este camino es una ruta circular que une las dos localidades de la costa guipuzcoana. 

Así, es muy "popular el paseo que une ambos pueblos por el borde del litoral", y menos lo es el que los une por el monte. "El trayecto por el interior transcurre durante sus primeros 500 metros por la ruta de la costa del Camino de Santiago por Zarautz (por una vieja y empinada calzada empedrada)", apunta. "También va por la ruta de las atalayas, desde donde en el pasado había puestos de observación (de ballenas, bancos de pesca, presencia de corsarios, tormentas, etc)".

Cuando queden 700 metros del núcleo urbano de Zarautz alcanzaremos la ermita de Santa Bárbara. Esta construcción es del año 1709 y a la hora de construirla fue "fundamental la aportación de los pescadores de Zarautz", lo que por cada ballena capturada "daban una limosna en forma de grasa de ballena".