Osakidetza quiere suprimir una de cada cuatro consultas presenciales en 2021 tras la pandemia. El servicio vasco de Salud potenciará sus servicios telemáticos, consolidando los canales de relación no presencial, en una clara apuesta por la reducción de la presencia de usuarios en los centros de atención primaria. Este planteamiento, que el Gobierno vasco quiere convertir en una medida estructural tras la crisis sanitaria, podría suponer una barrera para el colectivo de personas mayores, uno de los principales usuarios de la Sanidad pública.
Después de un 2020 marcado por la pandemia de la Covid-19, Osakidetza se ha propuesto objetivos concretos para seguir garantizando la cobertura universal y la accesibilidad al sistema sanitario. Desde el servicio vasco de Salud pretenden que el 25% de las consultas sean no presenciales. Este es uno de los objetivos que se ha marcado Osakidetza, que quiere reducir la presencia de los usuarios en los centros de atención primaria en Euskadi. Además de reducir las consultas presenciales, aspiran a que la mitad del servicio de autocontrol de fármacos se haga por vía telemática. El departamento de Salud también quiere impulsar, al 100%, el tratamiento no presencial en tabaco a través de nuevas tecnologías como la intervención grupal on line y las aplicaciones.
Osakidetza suspendió y aplazó las consultas médicas el pasado 16 de marzo por culpa del coronavirus. Las consultas pasaron a ser después por vía telefónica para evitar que la ciudadanía acudiera a los centros médicos, en la medida de lo posible, para evitar los riesgos de contagio. Este año Osakidetza quiere implantar estas medidas y consolidar los canales de relación no presencial entre sanitarios y pacientes, según figura en el proyecto de Presupuestos generales para 2021.
La portavoz del Sindicato de Enfermería (SATSE) en Euskadi, Samantha González, considera que "los jóvenes pueden apoyar esta nueva medida por su dominio de las tecnologías, sin embargo, las personas mayores son las más perjudicadas con esta situación porque se ponen nerviosas, no se saben explicar bien si no ven a la persona". En declaraciones a Crónica Vasca, González advierte de que la vía telefónica puede tener contratiempo tanto para los usuarios como para los sanitarios. "La comunicación no verbal del paciente afecta a los sanitarios por las escasas explicaciones", afirma González. Esto puede llevar a dar un mal diagnostico o no presatar atención a otras cosas, recuerda la portavoz vasca del SATSE.
Un algoritmo es el filtro
Estas nuevas medidas se suman a una larga lista de objetivos planteada por el servicio vasco de Salud, donde la digitalización y la relación no presencial son protagonistas. Desde el sindicato piden que se apueste por recursos humanos y no tanto de material. "Las personas necesitamos a personas", considera González. En su opinión, las tecnologías no pueden suplantar los cuidados ni la atención de los médicos y enfermeros. "Es cierto que pueden servir para cubrir ciertas aspectos sanitarios, pero no se conoce con exactitud el estado del paciente", advierte González, para quien "el autoanálisis no vale, y quizá el paciente pase por alto cosas que nosotros vemos en la consulta". Osakidetza tiene pensado instaurar un protocolo para esta nueva realidad. El usuario se pone en contacto con el administrativo, a través de unas preguntas por teléfono, y ese cuestionario va a un algoritmo que filtra la información.